Causas. La pobreza, violencia intrafamiliar, los patrones culturales, origen cultural de quienes migran a la ciudad, permisividad social, falta de cobertura en educación.

14.902 ninos dejaron sus juguetes por trabajo

Dato. El jueves pasado se aprobó la ‘Ordenanza de Protección de la Niñez ante el Maltrato’, que no se refiere al trabajo infantil, pero condena cualquier daño a la salud física y psicológica de los niños.

Las manos pequeñas de Jorge P., un niño de 8 años, que se supone deberían sujetar un juguete para divertirse o un lapicero para hacer sumas en la escuela, sostienen una franela que él desliza con agilidad sobre el parabrisas de los automotores que se detienen en la esquina de las avenidas Raúl Gómez Lince (Las Aguas) y Juan Tanca Marengo.

Él es uno de los 14.902 niños que en la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) trabajan aunque son infantes, de acuerdo con los datos de un informe enviado a este Diario por la Dirección de Servicios de Protección Especial del Ministerio de Inclusión Social (MIES), en referencia a la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (2016).

El ente encargado de atender este tipo de situaciones es la Dirección Nacional de Policía Especializada para niños, niñas y adolescentes (Dinapen). Su labor radica en la prevención, investigación y vigilancia del respeto a los derechos de los niños; pero la institución no tiene cifras sobre menores en condición de trabajadores en Guayaquil.

Los datos que la entidad envió ante una solicitud del Diario fueron los de cuántos niños han sido rescatados de las calles de la urbe en lo que va del año. El informe contempla 125 rescates desde enero a mayo de 2018. Una cifra que contrasta con los 121 menores de edad salvados en solo el mes de enero del año pasado, lo que implicaría una reducción significativa de rescates o casos de trabajo infantil.

Escenas como la de Jorge, son cotidianas en Guayaquil. En la esquina de Los Cerros y Francisco Huerta (Portón de Urdesa), dos niñas de igual estatura, promocionan dulces, mientras saltan entre el tráfico que se apodera de esa zona pasadas las 17:00. Más adelante, indiscutiblemente idénticas a las infantes, sus familiares venden frutas, mientras conversan entre ellas, ignorando el peligro al que exponen a las pequeñas, que aún no se han sumado al grupo de los 1.200 niños rescatados del trabajo infantil.

Desde el Municipio porteño, José Manuel Portugal, secretario ejecutivo del Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil (Ccpid-g), resalta la necesidad de actualizar los datos oficiales sobre este problema social. “Los únicos datos que existen son los del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y están desactualizados. Entonces, nuestra labor en ese sentido es exigir que se actualice esta información para que sirva de insumo al procedimiento de políticas públicas necesarias en esta lucha”.

Los datos de los que habla Portugal son los de la primera Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) realizada en 2012.

Asimismo, Portugal destaca que actualmente el Consejo Cantonal está realizando la construcción de los instrumentos normativos necesarios a nivel local, para lograr que en Guayaquil se erradique esta problemática social tan complicada. “Tenemos planeado dentro de nuestra agenda hacer que Guayaquil cuente con una ordenanza de trabajo infantil para el próximo año”, adelanta.

En el informe del MIES se habla de una ordenanza ya conformada de organización y funcionamiento del Sistema de Protección Integral de Derechos, integrado por el Ccpid-g, cuyas funciones son: “la formulación, transversalización, observancia, seguimiento y evaluación de las políticas públicas de protección de derechos aplicadas a nivel local”.

El pasado 12 de junio se conmemoró el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, y si bien los datos y la información, por sí solos, no determinan un cambio, pero sí posibilitan el cambio, pues de acuerdo con la Unicef “las estadísticas ayudan a detectar las necesidades, a impulsar las actividades de promoción y a evaluar los progresos”. De ahí la necesidad de aclarar el manejo de información estadística sobre este problema.

En la lucha por la erradicación del trabajo infantil en Guayaquil, el MIES tiene tres convenios: Diálogo de Política Pública, Firma del Pacto del Gobierno Nacional y Convenio MIES-Ministerio del Trabajo. Javier Sandoval, director regional de Trabajo, expresa que si bien las cifras de 2012 indican un descenso del trabajo infantil, “la cantidad aún es alta”. Aclara también que desde ese ministerio se está visitando a los Gobiernos Autónomos Descentralizados para que “a través de ordenanzas colaboren en las actividades de control y prevención”.

Raúl M. es una víctima más del trabajo infantil y parte de esas cifras abstractas. Muy desenvuelto e intrépido, se coloca a un lado de la máquina de tiques del estacionamiento ubicado en el malecón Simón Bolívar, frente al patio de comidas. Su cara y manos sucias delatan el sufrimiento de las calles. “Yo le ayudo con su boleto”, le dice a un turista que se muestra confundido con el funcionamiento del aparato.

Un día, cuando Raúl crezca, posiblemente se convertirá en un contador como anhela y saldrá de las calles. Sin embargo, hasta que eso suceda, los mejores años de su infancia le están siendo arrebatados y el tiempo seguirá corriendo en contra si no se toman medidas inmediatas.

Cifras imprecisas

Las cifras nacionales de la Dirección de Servicios de Protección Especial del Ministerio de Inclusión Social y Económica (MIES) señalan que hay 168.530 niños, niñas entre 5 y 14 años que se encuentran en situación de trabajo infantil.

Sin embargo, esa cantidad no coincide con la cifra referida por la ministra del MIES, Berenice Cordero, durante una entrevista en un medio televisivo nacional el pasado 11 de junio. Allí, la ministra indicaba un total de 359.592 niños en condiciones de trabajo infantil. Casi el doble de la cantidad enviada a EXPRESO un mes después de la declaración.

Durante la entrevista en mención, Cordero también aseguró un aumento del 4 % en el trabajo infantil; sin embargo, no precisó la fuente de tal aseveración ya que hasta la fecha no se ha realizado nuevas encuestas sobre este tema, mas que la Encuesta Específica de Trabajo Infantil realizada en 2012.

Esas cifras, de ser las más cercanas a la realidad, podrían resultar desactualizadas, pues ya han pasado seis años. Para Emilio Carrillo, director de la organización ‘Aldeas Infantiles’, que no existan cifras actuales “podría generar una situación que se torne muy difícil de predecir y de manejar”.