16 candidatos delirantes para un Ecuador de risa
Análisis | El debate de candidatos a la presidencia del domingo pasado fue un edificante espectáculo de evasión, una comedia
“La plata está acá debajo de la tierra”: lo dijo el inescrutable Jimmy Jairala en el debate de candidatos presidenciales del domingo pasado. Pero lo pudo decir casi cualquiera.
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Leer másMás aún: si se revisa la lista de ofertas, promesas, planes delirantes de caprichosa nomenclatura y propuestas irrealizables de gobierno que despacharon los 16 participantes con una generosidad que podría ser conmovedora si se los tomara en serio, y se la compara con la lista de políticas productivas y planes de financiamiento que están considerando para cumplir con tan buenas intenciones, habrá que reconocer que la frase de Jairala es la que mejor sintetiza el espíritu no sólo del supuesto debate sino de las elecciones y de la política nacional en general: “La plata está acá debajo de la tierra”. Y no cualquier platita: 40 mil millones de dólares, nada menos: él los tiene calculados. Nomás hay que cavar, sacarlos y empezar la gastadera.
Si al dinero de abajo de la tierra se suman las grandes cantidades que acostumbran a caer del cielo, más las que crecen en los árboles y las no menos desdeñables que no resulta difícil conseguir que alguien nos regale, resulta que en este país hay plata para todo.
La plata, en los discursos de los candidatos
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Leer másPor ejemplo: por concepto de cobro de impuestos a las evasores (procedimiento elemental, facilísimo, inmediato e infalible): 4 mil millones de dólares según el alucinado candidato socialista Pedro Granja. No, 4.500 millones, corrige el aparatoso Víctor Araus, encorsetado en su traje de conserje de hotel de cinco estrellas.
Nada de eso, tercia el destemplado Leonidas Iza: son 7.500 millones, dice, y él los piensa recuperar aplicando “el modelo anticorrupción de Singapur, para lo cual ya hemos reunido” (“Ya nos hemos reunido”, quiere decir, y eso se entiende en Ecuador, pero en Singapur o en donde sea sólo puede presagiar inevitables desencuentros).
En fin: todos ellos se quedan cortos cuando habla el inmoderado Jorge Escala: que los demás recuperen las minucias de los evasores de impuestos, él pretende cobrarles 11 mil millones de dólares nada menos. Y da la impresión de que lo hará en su primer día de gobierno, porque cuenta con ello para todo lo que promete hacer a partir del segundo.
¿Y la reserva internacional? Son 6.700 millones más, que Pedro Granja piensa traérselos de un golpe. Él admite que el dinero no crece en los árboles pero parece creer que esos 6.700 millones están en una bolsa en algún lado, en paquetes de 50 amarrados con ligas. “¿Qué prefieren -pregunta a propósito del destino de esas reservas-, redistribución del ingreso, que mejoren sus salarios, que haya más gente trabajando para Estado o que esa plata se la roben los políticos de siempre?”.
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Leer másLuisa González, que también piensa echar mano de las reservas pero que bien callado se lo tuvo en el debate, sabe exactamente lo que ella y su jefe el expresidente prófugo prefieren.
Y eso no es todo. Hay una forma más para conseguir dinero a manos llenas: declarar la moratoria de la deuda externa. Con esta decisión, Jorge Escala espera obtener 35 mil millones de dólares que, sumados a todo lo anterior, harán del Ecuador una potencia mundial.
Hablan de reducir tarifas e impuestos
En suma: que hay plata para todo. Por ejemplo, para regalarla. Hay plata “revisar los tarifarios de las servicios públicos a la baja”, ¿para qué necesita el Estado cobrar por la luz y el agua cuando el dinero crece bajo la tierra? Hay plata para “bajar el impuesto a la renta”. Hay plata para “bajar el impuesto a los consumos especiales”. Para pagar un salario mínimo de 570 dólares, como quiere Jorge Escala. No, de 600, sube la apuesta Henry Kronfle.
Hay plata para entregar un “subsidio de 700 millones de dólares anuales para los más jóvenes”. Para regalar el Internet a todos los estudiantes, según propone el histriónico Iván Saquicela. No nomás a los estudiantes, dice el disparatado Felipe Tillería: a todo el mundo hasta ocho gigas.
Hay plata para bajar el IVA al 12 por ciento, como quieren Henry Kronfle y Leonidas Iza; al 10 por ciento, como quiere Jorge Escala; ¡al 8 por ciento, como quiere Tillería! Hay plata para entregar desayuno, almuerzo, útiles escolares y uniformes gratis para todos los estudiantes de la patria.
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Leer másHay plata para que las clínicas privadas atiendan a todo el mundo y le pasen la factura a taita Estado. Para crear una canasta básica de medicina gratuita para todo el mundo, como las canastas de racionamiento de las dictaduras comunistas. Con decir que hay plata hasta para que te manden el pasaporte a la casa sin que tengas que hacer cola.
Y por supuesto hay plata para financiar todos los planes: el Plan Se busca vivo o muerto, que acabará con la delincuencia; el Plan Ar-Tillería, cuyo nombre es una declaración de intenciones; el Plan Chino para que los presos trabajen como chinos; el Plan Celular de por vida, que fue lo único que se le ocurrió proponer al extraviado Juan Iván Cueva cuando le preguntaron sobre los niños delincuentes; el Plan Plomo cero delincuencia, que es una variante poco imaginativa de los anteriores. el Plan Mi ñaño, del que ya nadie se acuerda; el Plan Hocico, que busca identificar a los corruptos para romperles el ídem; el Plan Papa que garantizará “un eficiente futuro postpetrolero”, quién creyera, con ese nombre...
Y con todos los planes, también todos los delirios. Finalmente hay plata para construir la tan pospuesta autopista entre Quito y Guayaquil. No, fruslerías. Mejor un tren baja que conecte las dos ciudades en una hora con 50 minutos pasando por Riobamba.
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Leer másHay plata para generar “Una transformación agropecuaria donde vamos a invertir 800 millones dólares con una agricultura 4.0 que va desde abajo hacia arriba”, lo que sea que esto signifique. Y para convertir al Ecuador en un centro financiero internacional, cuna de 400 bancos, con tasas de interés del 3 y 4 por ciento anual, un país al que vendrán Amazon y Temu para proveer de disfraces al candidato Arauz y establecer aquí un ‘hub’ de distribución regional de mercadería.
Los ofrecimientos contra la crisis eléctrica
Hay plata para salir de la crisis eléctrica con un sólo cheque, de 700 millones según unos, de 900 según otros para hacer lo que haga falta. Tanto nos sobra que la informal y traviesa Andrea González deja caer la frase “tenemos que hacer algunas hidroeléctricas en la zona occidental”, “algunas”, como si hablara de construir parqueaderos.
Es que la utopía está al alcance de la mano: “Nunca más morirá un enfermo en un hospital del país”, prometió Víctor Arauz. No es plata escondida bajo tierra, es la fuente de la eterna juventud lo que han venido a ofrecernos estos pájaros.
Lindo estuvo el debate. Fue un espectáculo de evasión gratificante. Bastaron cuatro horas para convencernos de que al Ecuador no le pasa nada malo, que todo se puede solucionar con buena voluntad y una pequeña ayuda de los amigos. Y lo mejor: no tenemos que hacer el menor esfuerzo.
- ¿Estás de acuerdo conmigo, Jimmy?
- Estoy absolutamente de acuerdo, Henry.
- Regalones. Hay que bajar el IVA al 12 por ciento... ¡No! Al 10. ¡No! Al ocho. Y subir el salario básico a 570 dólares... ¡No! A 600. Y Bajar las tarifas de los servicios. Y subir los subsidios...
- Sobra plata. Si al dinero que tiene escondido el Ecuador debajo de la tierra se suma el que cae regularmente del suelo y aquel otro que no para de crecer en los árboles, el país está mejor que nunca.
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