Fin a 20 anos de politica restrictiva
La Unión Europea (UE) y Cuba iniciaron ayer una nueva etapa de relaciones con la firma de su primer acuerdo bilateral, que deja atrás la política unilateral y de restricciones comunitaria de 1996 y les otorga un marco para el diálogo y la cooperación e
La Unión Europea (UE) y Cuba iniciaron ayer una nueva etapa de relaciones con la firma de su primer acuerdo bilateral, que deja atrás la política unilateral y de restricciones comunitaria de 1996 y les otorga un marco para el diálogo y la cooperación en materia de derechos humanos y retos globales.
“Hoy reconocemos que hay cambio en Cuba y queremos acompañar este cambio, llevar la relación a un nuevo nivel”, declaró la representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en la ceremonia de la firma, en la que también participaron el canciller cubano, Bruno Rodríguez, y representantes de los 28 países de la Unión.
Con la firma de este acuerdo de diálogo político y cooperación, la UE pone fin a 20 años de política restrictiva que vinculaba todo avance en la relación bilateral a que hubiera progresos en democratización y derechos humanos en la isla, la llamada “posición común”, impulsada por el entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar.
Mogherini, que antes de firmar el tratado volvió a manifestar sus condolencias por el fallecimiento del líder cubano Fidel Castro -una “figura histórica”-, subrayó que con este instrumento la UE podrá “apoyar mejor la modernización social y económica de Cuba”.
El canciller cubano destacó los avances bajo presidencia francesa de la UE, cuando en 2008 tuvo lugar la primera misión comunitaria a Cuba con la visita del entonces comisario de Desarrollo. El acuerdo, que se negoció de abril de 2014 al pasado marzo, ayudará a “reforzar la democracia y el respeto de los derechos humanos” y dará una “plataforma común para la inversión bilateral y para cooperar más estrechamente en desafíos globales”, según Mogherini.
La cuestión de los derechos humanos estaba en el punto de mira, teniendo en cuenta que algunos Estados consideraban que el nivel de libertades en Cuba es insuficiente para avanzar hacia otro tipo de relación.
“El camino que nos ha traído hasta este acuerdo es el del absoluto respeto, la no injerencia en los asuntos internos y la reciprocidad”, dijo Rodríguez, quien destacó las “numerosas áreas de coincidencia y también áreas de profundas diferencias” políticas.