El 30S otra vez
Por la comunidad fue conocido el audio donde el ex Contralor y el actual Presidente de la Asamblea dialogan sobre el Fiscal y la intención de “bajárselo”, y de un supuesto informe de Contraloría que implicaría el uso de recursos administrados por la Senain para el pago indebido a personas que debían hacer ad honoren informes sobre lo ocurrido el 30S. La veracidad del audio fue corroborada por quienes fueron parte del diálogo, pero la autenticidad del informe aún no ha podido ser establecida. En cualquier caso, no solo se imputa el uso indebido de recursos, sino también que existirían elementos que concluirían que se forjaron videos y otras pruebas para arribar a conclusiones inexactas, por decir lo menos. El 30S es un evento vergonzoso por donde se lo mire. Fallaron las autoridades del país que de forma insensible no escucharon a buena parte del personal de la fuerza pública. Falló la prudencia, desbordada por el impulso. Hubo irresponsables que echaron combustible al fuego que se encendía. Fallaron también, injustificablemente, integrantes de las fuerzas llamadas a velar por el orden, quienes se insubordinaron, desoyeron a sus mandos, utilizaron su equipo y uniformes de forma vergonzosa, y pudieron provocar un desorden nacional de inimaginables consecuencias. Sin embargo hay algo de lo que no se habla y que requiere una explicación: por qué se utilizó personal de fuerzas especiales para una operación militar urbana donde lo recomendable era utilizar vehículos blindados (AFV). El “terreno” estaba amenazado por francotiradores, pero los grupos hostiles carecían de armas antitanque, y en esas circunstancias lo recomendable era traer de Ibarra carros blindados (Urutú y Cascabel) del Grupo de Caballería Blindada Yaguachi, hacer la aproximación libre de riesgos y realizar la extracción del Presidente y quienes lo acompañaban en el lugar donde estaba; todo lo anterior sin que se exponga a personal a merced de gente apostada disparando desde edificios cercanos. Cuando se pensaba que habíamos dado vuelta a la página, parece que este libro porfiado no se termina de cerrar.