ECOVÍA
Hecho. En una de las unidades del sistema de transporte de la Ecovía fue asesinado un ciudadano que se desplazaba hacia el norte de la capital.KARINA DEFAS

Casi el 40 % de los asesinatos se comete a plena luz del día

En el primer semestre de 2023 el número de muertes violentas se duplicó con relación a 2022. En la noche y madrugada ocurren esos delitos 

El pasado 19 de junio un pasajero del sistema de transporte municipal Ecovía de Quito fue asesinado con un arma blanca dentro de la unidad.

Eran las 09:20. Inicialmente se indicó que la causa del deceso de Edellis Lizardo, un venezolano que llegó al Ecuador en 2019, habría sido por un supuesto robo. Sin embargo, posteriormente se informó que se trataría de un ajuste de cuentas.

El deceso de Lizardo es una de las más de 400 muertes violentas que se han registrado en el país a plena luz del día, en horas de la mañana, entre enero y el 27 de junio de 2023. En ese periodo fueron en total 13 % de casos de asesinatos, homicidios y sicariatos, que registra la Policía Nacional en sus estadísticas de casos violentos.

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A esa cantidad se suman los más de 800 casos de homicidios intencionales que contabiliza la Policía en el primer semestre de este año. De un total de 3.394 casos los que se han cometido durante las horas del día suman 1.324 y corresponden a un 38 % del total de muertes violentas.

Johana Espín, docente de la Escuela de Seguridad y Defensa del IAEN, dice que históricamente, la mayoría de muertes violentas se cometían en el día, porque estaban más relacionadas a temas como riñas o delincuencia común. “Pero observamos que existe un cambio en este patrón porque, actualmente, la hora del día ya no sería relevante dado que la mayoría de muertes está más relacionada con delincuencia organizada”. 

Casi el 61 % (2.119) de muertes violentas en el país ocurren en la noche y la madrugada. En el primer semestre de 2023 casi se duplicó el número de las muertes violentas. En una entrevista publicada el lunes por EXPRESO el comandante de la Policía, Fausto Salinas, explicó las cifras.

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Dijo que el porcentaje de muertes que son generadas por la violencia entre organizaciones criminales marca una tendencia entre las muertes por pugnas entre esos grupos y los que son por violencia criminal en la que terminan víctimas que no eran parte de la organización ni tenían ninguna consecuencia por alguna actividad ilegal.

A la violencia criminal se le atribuye el 90 % de decesos que en 38 % han sido motivados por microtráfico y 40 % por amenazas. Complementan el 100 % crímenes por robo a personas, riñas y otros.

Para Mario Pazmiño, exsecretario de Inteligencia del Ejército, al hablar de las muertes relacionadas con temas de drogas la explicación lógica es que en el país “ya no tenemos solo dos carteles operando a nivel nacional: Sinaloa y Jalisco Nueva Generación”. Apunta a uno nuevo proveniente de Nariño: el Cartel del Golfo y de una ‘protomafia’ brasilera que estaría operando desde el Putumayo con incidencia en Sucumbíos.

Añade que eso genera una dinámica “mucho más grave de violencia e inseguridad” y mayor confrontación entre las organizaciones porque necesitan controlar los corredores y centros de acopio y las plataformas internacionales de distribución de droga. Para él todo está interrelacionado: droga, sicariato, extorsiones, cobro de ‘vacunas’.

Al tema de la droga según las estadísticas, se suman las amenazas con un 44 % de causas para las muertes violentas. Para Espín el problema de la violencia es multicausal y complejo, “entonces intervienen una serie de factores distintos para llegar a lo que observamos que es ese incremento tan dramático de las muertes violentas”.

El penalista Carlos Alvear puntualiza que las cifras evidencian que la Policía y el Estado “han perdido la guerra contra la delincuencia organizada”. Analiza que a largo de los últimos años el Estado ha sido incapaz de generar empleo digno, ingresos sanos para las personas, brindar servicios de educación y salud acorde a las necesidades “por lo que se ha incrementado lo que se denomina la base social de la delincuencia”.

El abogado Cristóbal Buendía opina que las cifras evidencian que el eje preventivo y de Inteligencia no están haciendo bien su trabajo dado que es importante controlar a las organizaciones a partir de la mejor presencia que el Estado debe tener en los centros de privación que es en donde operan las bandas.