5 millones de libras menos de camaron
El comercio es el sector más afectado, según los boletines de daños de Gestión de Riesgos. En Manta, en un 60 %, en Pedernales en un 90 % y en Portoviejo, en un 80%. Las pequeñas tiendas de barrio quedaron tan destruidas como las viviendas.
¿Cómo se empieza la vida desde cero? Reconstruir una ciudad tras un terremoto necesita recursos y no todos pueden venir de las ayudas o del Estado. Las actividades económicas de Manabí deberán recuperar su ritmo de producción, pero no será fácil. Al sector camaronero, muy extendido en Pedernales, sobre todo, le va a costar de nueve meses a un año y medio si se asignan recursos. Y el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, José Antonio Camposano, subraya lo del apoyo económico.
El sector camaronero tiene en la zona de mayor impacto del terremoto 600 empresas camaroneras afectadas, dos procesadoras comprometidas y 15.000 hectáreas perjudicadas, según Camposano.
Eso mermará en cinco millones de libras al mes las exportaciones de camarón, que es el segundo producto nacional y que apuntala las ventas al exterior y las divisas que ingresan desde el extranjero con 2.279 millones de dólares en 2015. Los principales destinos del camarón ecuatoriano son Vietnam (33 %), Estados Unidos (25,5 %), España (8,3 %), China (8,2 %), Francia (8,0 %) y otros (17 %).
El terremoto resquebrajó los muros de las piscinas, confirmó Camposano, lo que el martes declaró a EXPRESO el camaronero local, Christian Fontaine, presidente de la Cooperativa de Productores de Camarón de Pedernales, una de las zonas más afectadas de Manabí. Ante el riesgo de perder el cultivo, algunos camaroneros están cosechando de emergencia los mariscos.
El sector que da empleo a 1.386 personas en Manabí y que genera unas ventas nacionales de 83,1 millones de dólares (2014), según las estadísticas del Banco Central de Ecuador, ya sabe lo que es levantarse desde cero. Hace años, con la enfermedad de la mancha blanca que afectó al camarón ecuatoriano, las empresas manabitas tuvieron grandes pérdidas.
Ahora tienen que enfrentar los daños de un terremoto, pero no están solos. Los pequeños comerciantes y todas las demás actividades productivas de la provincia están afectadas al menos por la desesperación de sus trabajadores y por la interrupción de los servicios, como la luz y el agua. Es el caso de la industria pesquera. “La industria procesadora está bien, la actividad pesquera está bien y el muelle está operativo, pero los tripulantes están nerviosos y quieren estar con sus familias”, cuenta Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesca, desde Manta.
El impacto a la economía va, entonces, más allá de los 3.000 millones de dólares que, según Correa, costará reconstruir la ciudad. A las pérdidas directas de la destrucción habrá que sumar la ralentización de los sectores productivos en una época de debilidad económica.