50 y 30
Hace unas semanas concurrí con otros maestros a 2 reuniones en las que se celebraban los 50 y 30 años de graduación de las promociones XX y XLI de bachilleres de colegio San José La Salle.
Refuté a uno de los graduados, que expresó que la tarea docente era agobiante y desgastadora, diciendo que la experiencia al ejercerla había sido para nosotros, no solamente placentera, sino revitalizadora y que al volverlos a ver, se agitaban en nuestra mente recuerdos maravillosos e inolvidables del pasado.
Nadie podrá discutir que en los 2 eventos en que participamos Nicolás Parducci, Roberto Bitar, Jorge Puente, Alberto Rigaíl y yo, sentimos una muy justa alegría y regocijo; sin embargo, comentábamos nuestra gran preocupación y angustia en calidad de maestros frente a las realidades de hoy, en donde por una parte los observábamos como adalides del triunfo y progreso de la patria gracias a su fortaleza y formación lasallana, y por otra, nos lamentábamos por el futuro de la juventud ecuatoriana que a veces, carente de amor al esfuerzo y mística de trabajo, se desplaza dejándose llevar por la marea de las circunstancias, la influencia de leyes absurdas y el peso de la corrupción.
Fue muy emotivo ver que algunos que se reencontraban luego de varias décadas se trataban efusivamente como si se hubiesen encontrado la víspera. Esa amistad nacida en las bancas del colegio es sin duda invalorable.
Los graduados deambulan por los senderos de la vida, iluminados por el ‘signum fidei’, teniendo como norte de referencia la estrella lasallana y cobijados por todos aquellos maestros de sotana y raglan que protegiéndolos y defendiéndolos, jamás permitirán el que puedan quebrarse ante los embates de la codicia o la corrupción, que en el mundo de hoy tienen una presencia devastadora.
Nosotros los maestros y muchos de ustedes, hemos recorrido un largo trecho honrando las enseñanzas del santo de La Salle y alcanzado el puerto de salvación, acompañados de esa trilogía que ha sido el ‘primum movens’ de nuestro permanente accionar. Que la vida sea pródiga en éxitos y realizaciones.
Y sigo andando...