En 70 hectáreas se construye una ciudad indígena en Tisaleo
El futuro complejo es la representación de Machu Picchu e Ingapirca
De acuerdo a la historia, los panzaleos habitaron entre Riobamba y Quito y antes que llegaran los incas a invadir sus territorios, trabajaban en comunidad y se dedicaban a la agricultura. Esa parte de la historia que con el tiempo se olvida, se busca reconstruir dentro del Complejo Intercultural Mushuc Runa, que está ubicado en el kilómetro 18 en la Panamericana Sur en Tisaleo (provincia de Tungurahua).
En 70 hectáreas se construye la Ciudad Indígena, donde también se da prioridad al turismo deportivo y al intercambio comercial. Dentro del complejo se levantan de manera imponente las estatuas de Atahualpa y la princesa Toa, y se explica quiénes fueron en el reino de los incas.
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El complejo indígena es una pequeña representación de Ingapirca en Cañar. Existen espacios construidos en piedra, simulando los yacimientos precolombinos. “Queremos que se mantenga viva la cultura y la historia de los pueblos para que la nueva generación valore más sus raíces, vestimenta, lengua, música y toda la identidad cultural”, mencionó Luis Alfonso Chango, mentalizador del proyecto.
Para Chango, quien es oriundo del Pueblo Chibuleo, en Ambato, el proyecto empezó a soñarlo hace 35 años, hace 14 empezó con la construcción y recién hace cuatro años potenció la Ciudad Indígena dentro del complejo.
La Ciudad Indígena también tiene la finalidad de rescatar los productos del agro que se van desapareciendo, asegura Luis Alfonso Chango. Productos del campo que muy poco se siembran y utilizan como la mashua, mellocos, chocho, oca y las diferentes variedades de la papa se van a sembrar en tres hectáreas.
Para el chef Luis Ushiña, recuperar el valor ancestral de los productos del campo es una buena alternativa para que la gente aprenda sobre la alimentación de manera correcta y saludable.
De a poco desaparece la población indígena. Los jóvenes no se quieren identificar como tal.
Los visitantes a más de conocer sobre las variedades y la manera de sembrar, también pueden cosechar. Dentro de la ciudad, existe la opción de observar a los animales de granja que conservan en las comunidades indígenas.
Los visitantes a la ciudad, que aún se sigue construyendo, pueden conocer la historia ancestral y a la vez recrearse en el área deportiva o sentir la paz en el área equina. Hay una granja de animales nativos y en los proyectos a futuro se construirá el hotel.
Chango menciona que en febrero, por los carnavales, proyectan una feria de cinco días en el complejo donde se esperan unas 200 mil personas, quienes a más de realizar intercambio comercial, conocerán sobre la historia ancestral y actual de los pueblos indígenas. YIE
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