
Abelardo Pachano: “El Gobierno sabe que tiene un problema serio de financiamiento”
El pasado 10 de enero se presentó el Foro de Economía y Finanzas Públicas. Este grupo presentó sus planteamientos al presidente de la República, Lenín Moreno, con 11 puntos.
El 17 de enero, Abelardo Pachano le comentó al presidente Lenín Moreno cuáles son sus criterios sobre los problemas económicos que atraviesa el país. El expresidente de Produbanco fue uno de los representantes del Foro de Economía y Finanzas Públicas. En el grupo conformado por 20 analistas están, entre otros, exministros de Finanzas, exgerentes del Banco Central del Ecuador (BCE) y académicos, quienes se reunieron con el mandatario.
- ¿Cómo le dejó a usted la reunión con el presidente Moreno?
- Creo que la reunión cumplió con su objetivo, que era transmitirle al presidente las inquietudes que teníamos sobre la compleja situación económica del país. La enorme dependencia, que se ha convertido en una amenaza y en un factor desestabilizador: el déficit fiscal y el endeudamiento.
- ¿Ustedes plantearon su inquietud ante esos dos problemas?
- En general el planteamiento fue más allá. El planteamiento se encaminó a señalarle al presidente de la República que la política económica actual no le ofrece una perspectiva de solución a los problemas sociales y económicos del país. A través de la aplicación de este modelo desequilibrado de política económica solo estamos construyendo un futuro que va a tener repercusiones altamente desfavorables para la ciudadanía.
- Hay dos visiones de modelo económico. Ustedes son más pragmáticos y Moreno se ha denominado de izquierda. ¿Pueden llegar a acoger sus ideas?
- El punto fundamental en el que nosotros nos sustentamos es que no hay país en el mundo que haya podido resolver sus problemas sociales y mejorar su bienestar a través de una política económica desequilibrada. El desafío a los equilibrios macroeconómicos lo único que ha traído es pobreza y frustración. El foro ha planteado reencontrarse con los principios fundamentales de los equilibrios como vía para ir construyendo un futuro mucho más seguro para las generaciones venideras.
- El FMI augura para este año un crecimiento del PIB del 2,2 % y el ministro de Finanzas dice que estamos en recuperación...
- El punto central es cómo se puede sostener una política económica y ofrecer crecimiento, y, con esto, un empleo digno. Nosotros encontramos que la política económica actual no ha ofrecido eso. Apenas ha podido construir un promedio de 44.000 empleos dignos por año, cuando se han incorporado a la economía 180.000 nuevos empleados por año. Hay un déficit en la capacidad de solución de los problemas sociales con la política actual y eso que ha transitado por una etapa de abundancia de recursos. Cuando tenemos menos recursos y estamos dependiendo de las bondades que nos ofrece el mercado crediticio internacional, lo único que estamos haciendo es generando un estrangulamiento futuro, que va a devenir en el gran perturbador de los propios programas sociales del Gobierno.
- En concreto, ¿qué les dijo el presidente Lenín Moreno?
- El presidente mostró una apertura a escucharnos. Invitó, yo diría, a un grupo numeroso de altos ejecutivos de su Gobierno, con lo que demostró el interés que tenía en la conversación con nosotros y finalmente dejó abierta la posibilidad de que existan nuevos diálogos, que tiendan a buscar una solución a los problemas que ellos reconocen que existen.
- ¿Tienen temor de que pase lo mismo que pasó con los empresarios? Hubo un diálogo extenso, pero ahora hay reclamos de que sus pedidos no fueron acogidos.
- Esperemos que no ocurra. Sin embargo, el Gobierno tiene una responsabilidad marcada por la representatividad que tiene. Y saben, por lo que nos dijeron, que conocen la existencia de los problemas que les hemos transmitido. En la parte de diagnóstico, por lo menos en las expresiones que recibimos de las autoridades.
- ¿Qué coincidencias?
- La existencia de un desbalance fiscal, el problema de empleo, el problema de las relaciones comerciales con el exterior y la visión de competitividad de la economía son temas en los que hay coincidencia. En definitiva, el Gobierno sabe que tiene un problema de financiamiento a corto plazo sumamente severo que se evidencia por estas reiteradas operaciones de emisión de bonos para poder cubrir su déficit.
- ¿Creen que el ministro De la Torre cambiará sus políticas?
- No lo sé. Le corresponde al presidente saberlo. Pero más que nada, quien tiene que definir si quieren hacer cambios en la política económica es el presidente. Debe partir preguntándose cuál es el papel del Estado en la sociedad.
- ¿Tiene que haber un ajuste severo para que se corrija la economía ecuatoriana?
- No. Nosotros lo que creemos es que tiene que haber una alineación mucho más clara de la política económica con el reencuentro de los equilibrios macroeconómicos. Se debe establecer una suerte de compromiso nacional. Yo le llamo pacto fiscal, en donde el Estado ecuatoriano y la colectividad, con la participación de un ente exterior, como el Banco Mundial, puedan establecer los principios que gobiernen la política económica sobre un período de mediano plazo para tener un futuro más sostenible para la economía. No se trata de hacer un ajuste violento en el corto plazo, sino de alinear a la economía.
- ¿Específicamente en qué consistiría este pacto fiscal?
- En una suerte de convenio público que tendría el Estado ecuatoriano de cómo va a conducir sus finanzas públicas, sobre qué parámetros y cuáles van a ser sus compromisos de cumplimiento de esos parámetros. La forma en que va a incentivar al sector privado para la generación de empleo.
- Hay otro foro económico con una visión distinta. ¿Se puede conseguir un pacto fiscal con diferentes visiones?
- Yo creo que hay que llegar a un acuerdo y un consenso. Los países en los cuales esta discusión fue superada están ofreciendo resultados realmente extraordinarios y son vecinos nuestros. Están Perú, Colombia, Chile y Uruguay con una visión política distinta. Uno ve que estos países han podido conciliar la visión política, la ideología, con la economía. En esas sociedades ya no se juega con ciertos postulados económicos. No se ve a los uruguayos haciendo planteamientos desequilibrantes de la política fiscal. No los ve a los chilenos, ni de izquierda ni de derecha, en esa dirección, sino respetando paradigmas básicos y fundamentales. Ese pacto debe ser respetado por los distintos Gobiernos.
- ¿Cómo califica la gestión del ministro Carlos De la Torre?
- El ministro De la Torre no ha movido la política económica que venía ejecutándose por el anterior Gobierno. Los resultados del déficit fiscal del 2017 lo demuestran así. Esperamos que luego de la consulta popular haya cambios.
- ¿Qué cambios esperan luego de la consulta?
- Una línea más clara de manejo equilibrado del Estado, por ahí comienzan las cosas.
El 17 de enero, Abelardo Pachano le comentó al presidente Lenín Moreno cuáles son sus criterios sobre los problemas económicos que atraviesa el país. El expresidente de Produbanco fue uno de los representantes del Foro de Economía y Finanzas Públicas. En el grupo conformado por 20 analistas están, entre otros, exministros de Finanzas, exgerentes del Banco Central del Ecuador (BCE) y académicos, quienes se reunieron con el mandatario.
¿Cómo le dejó a usted la reunión con el presidente Moreno?
Creo que la reunión cumplió con su objetivo, que era transmitirle al presidente las inquietudes que teníamos sobre la compleja situación económica del país. La enorme dependencia, que se ha convertido en una amenaza y en un factor desestabilizador: el déficit fiscal y el endeudamiento.
¿Ustedes plantearon su inquietud ante esos dos problemas?
En general el planteamiento fue más allá. El planteamiento se encaminó a señalarle al presidente de la República que la política económica actual no le ofrece una perspectiva de solución a los problemas sociales y económicos del país. A través de la aplicación de este modelo desequilibrado de política económica solo estamos construyendo un futuro que va a tener repercusiones altamente desfavorables para la ciudadanía.
Hay dos visiones de modelo económico. Ustedes son más pragmáticos y Moreno se ha denominado de izquierda. ¿Pueden llegar a acoger sus ideas?
El punto fundamental en el que nosotros nos sustentamos es que no hay país en el mundo que haya podido resolver sus problemas sociales y mejorar su bienestar a través de una política económica desequilibrada. El desafío a los equilibrios macroeconómicos lo único que ha traído es pobreza y frustración. El foro ha planteado reencontrarse con los principios fundamentales de los equilibrios como vía para ir construyendo un futuro mucho más seguro para las generaciones venideras.
El FMI augura para este año un crecimiento del PIB del 2,2 % y el ministro de Finanzas dice que estamos en recuperación...
El punto central es cómo se puede sostener una política económica y ofrecer crecimiento, y, con esto, un empleo digno. Nosotros encontramos que la política económica actual no ha ofrecido eso. Apenas ha podido construir un promedio de 44.000 empleos dignos por año, cuando se han incorporado a la economía 180.000 nuevos empleados por año. Hay un déficit en la capacidad de solución de los problemas sociales con la política actual y eso que ha transitado por una etapa de abundancia de recursos. Cuando tenemos menos recursos y estamos dependiendo de las bondades que nos ofrece el mercado crediticio internacional, lo único que estamos haciendo es generando un estrangulamiento futuro, que va a devenir en el gran perturbador de los propios programas sociales del Gobierno.
En concreto, ¿qué les dijo el presidente Lenín Moreno?
El presidente mostró una apertura a escucharnos. Invitó, yo diría, a un grupo numeroso de altos ejecutivos de su Gobierno, con lo que demostró el interés que tenía en la conversación con nosotros y finalmente dejó abierta la posibilidad de que existan nuevos diálogos, que tiendan a buscar una solución a los problemas que ellos reconocen que existen.
¿Tienen temor de que pase lo mismo que pasó con los empresarios? Hubo un diálogo extenso, pero ahora hay reclamos de que sus pedidos no fueron acogidos.
Esperemos que no ocurra. Sin embargo, el Gobierno tiene una responsabilidad marcada por la representatividad que tiene. Y saben, por lo que nos dijeron, que conocen la existencia de los problemas que les hemos transmitido. En la parte de diagnóstico, por lo menos en las expresiones que recibimos de las autoridades.
¿Qué coincidencias?
La existencia de un desbalance fiscal, el problema de empleo, el problema de las relaciones comerciales con el exterior y la visión de competitividad de la economía son temas en los que hay coincidencia. En definitiva, el Gobierno sabe que tiene un problema de financiamiento a corto plazo sumamente severo que se evidencia por estas reiteradas operaciones de emisión de bonos para poder cubrir su déficit.
¿Creen que el ministro De la Torre cambiará sus políticas?
No lo sé. Le corresponde al presidente saberlo. Pero más que nada, quien tiene que definir si quieren hacer cambios en la política económica es el presidente. Debe partir preguntándose cuál es el papel del Estado en la sociedad.
¿Tiene que haber un ajuste severo para que se corrija la economía ecuatoriana?
No. Nosotros lo que creemos es que tiene que haber una alineación mucho más clara de la política económica con el reencuentro de los equilibrios macroeconómicos. Se debe establecer una suerte de compromiso nacional. Yo le llamo pacto fiscal, en donde el Estado ecuatoriano y la colectividad, con la participación de un ente exterior, como el Banco Mundial, puedan establecer los principios que gobiernen la política económica sobre un período de mediano plazo para tener un futuro más sostenible para la economía. No se trata de hacer un ajuste violento en el corto plazo, sino de alinear a la economía.
¿Específicamente en qué consistiría este pacto fiscal?
En una suerte de convenio público que tendría el Estado ecuatoriano de cómo va a conducir sus finanzas públicas, sobre qué parámetros y cuáles van a ser sus compromisos de cumplimiento de esos parámetros. La forma en que va a incentivar al sector privado para la generación de empleo.
Hay otro foro económico con una visión distinta. ¿Se puede conseguir un pacto fiscal con diferentes visiones?
Yo creo que hay que llegar a un acuerdo y un consenso. Los países en los cuales esta discusión fue superada están ofreciendo resultados realmente extraordinarios y son vecinos nuestros. Están Perú, Colombia, Chile y Uruguay con una visión política distinta. Uno ve que estos países han podido conciliar la visión política, la ideología, con la economía. En esas sociedades ya no se juega con ciertos postulados económicos. No se ve a los uruguayos haciendo planteamientos desequilibrantes de la política fiscal. No los ve a los chilenos, ni de izquierda ni de derecha, en esa dirección, sino respetando paradigmas básicos y fundamentales. Ese pacto debe ser respetado por los distintos Gobiernos.
¿Cómo califica la gestión del ministro Carlos De la Torre?
El ministro De la Torre no ha movido la política económica que venía ejecutándose por el anterior Gobierno. Los resultados del déficit fiscal del 2017 lo demuestran así. Esperamos que luego de la consulta popular haya cambios.
¿Qué cambios esperan luego de la consulta?
Una línea más clara de manejo equilibrado del Estado, por ahí comienzan las cosas.