La aburrida soledad de Trump en la Casa Blanca
Visita. Donald Trump no aceptará la invitación para una visita al Reino Unido mientras se prevean protestas en las calles, según el diario The Guardian.
En una noche de esta semana, solo se veía una pequeña luz encendida en la segunda planta de la Casa Blanca, donde se ubica la residencia presidencial. El resto de ventanas estaba a oscuras. Es imposible saberlo, pero puede que indicara que Donald Trump ya dormía. Esa noche, a diferencia de las anteriores, el mandatario estadounidense no publicó ningún mensaje en Twitter.
La red social es un termómetro del hombre más poderoso del planeta. Y de los más imprevisibles. La cuenta de Trump en Twitter no solo es un reflejo de su volcánico estado de ánimo, sino de sus hábitos. Desprende su furia en 140 caracteres, desnuda su personalidad y sus obsesiones.
Trump suele tuitear muy pronto por la mañana, alrededor de las 6, y por la noche. Sus incendiarios tuits desatan crisis, movimientos de la bolsa y eternas elucubraciones y bromas. Son una pesadilla para los asesores del presidente estadounidense, obsesionan a periodistas y electrizan a los seguidores del magnate neoyorquino.
Una pregunta sobrevuela Washington: ¿Qué hace Trump cuando tuitea y qué le lleva a hacerlo con tanta animosidad? “Creo que es porque está solo, como rumiando y pensando sobre cosas, volviéndose paranoico, como nixoniano. Probablemente se sienta muy solo”, responde la periodista Kate Andersen Brower, autora de dos libros de referencia sobre los entresijos de la Casa Blanca.
Trump, de 70 años, vive solo en la Casa Blanca. Su esposa Melania y Barron, el hijo de 11 años que tiene con ella, tienen previsto mudarse en los próximos días a Washington al haber finalizado el curso escolar.
Trump ve en la Casa Blanca varias horas de televisión por la mañana y la noche, según la prensa estadounidense. En ocasiones, ha tuiteado a partir de informaciones que acaba de ver en el programa matinal de Fox News. No lee libros, que eran una pasión y vía de evasión para sus predecesores.
“¿Puede que tengamos como inquilino de la Casa Blanca a una persona carente de sueño? Es bastante posible y es algo que debería preocuparnos porque podría contribuir al caos político que Trump genera”, ha escrito en The New York Times Richard Friedman, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Cornell.
Una de las incógnitas del verano es qué efecto tendrá la llegada de Melania y Barron Trump al 1600 de Pennsylvania Avenue. ¿Tuiteará menos? ¿Será más disciplinado? ¿Parecerá menos enfadado? Es difícil saberlo.
A Obama le gustaba repetir que Trump no ganaría las elecciones porque “ser presidente es un trabajo serio” y “no es presentar un talk show o un reality show”. Erró en el resultado electoral, pero no en el vaticinio de cómo sería una presidencia Trump. El empresario de hoteles y casinos ha llevado la telerrealidad a la Casa Blanca. Empezando, sobre todo, por su cuenta de Twitter.
“Cobarde”, el tuit del día
Donald Trump acusó ayer al exjefe del FBI James Comey de cobarde por haber filtrado a la prensa informaciones comprometedoras de sus reuniones privadas en las que el presidente estadounidense le habría pedido abandonar parte de la investigación sobre el caso ruso. “Creo que las filtraciones de James Comey serán mucho más relevantes de lo que nadie pensaba. ¿Totalmente ilegal? ¡Muy cobarde!”, escribió Trump en un tuit.