
Aceites esenciales: Conoce la alternativa natural para combatir la cochinilla
El uso de aceites esenciales podría revolucionar el control de plagas en zonas urbanas y agrícolas.
En la Universidad de Guayaquil, un grupo de investigadores y estudiantes de la Facultad de Agronomía ha estado trabajando en un innovador proyecto que busca desarrollar bioinsecticidas a partir de aceites esenciales extraídos de plantas aromáticas. Este proyecto, que nació en 2023 dentro de una convocatoria de fondos competitivos, tiene como principal objetivo encontrar soluciones naturales para combatir la cochinilla acanalada, una plaga que afecta tanto a cultivos agrícolas como a árboles y plantas ornamentales en entornos urbanos.
Un problema ambiental y agrícola
Sandra Recalde, química farmacéutica y directora del proyecto, explica que la iniciativa surgió ante la creciente presencia de cochinillas en la ciudad y el campo. “Todos hemos visto árboles talados en las calles porque la cochinilla está por todos lados. Como Facultad de Ciencias Agrarias, nos vimos en la necesidad de buscar una solución”, comenta la investigadora.
El equipo está compuesto por cinco docentes investigadores oficiales y estudiantes tesistas de décimo semestre, quienes desempeñan un papel fundamental en la recolección de datos, construcción de viveros y análisis en laboratorio. “Los tesistas son nuestra principal mano de obra, considerando las limitaciones económicas y de tiempo para la investigación”, agrega Recalde.
El proceso de investigación
La investigación comenzó en septiembre de 2023 con la extracción de aceites esenciales mediante destilación por arrastre de vapor. Se probaron 15 plantas, de las cuales se seleccionaron nueve por su alto rendimiento en la producción de aceites esenciales. Entre ellas se encuentran la canela, el eucalipto, la hierbaluisa, el limón, la cáscara de toronja, la cáscara de naranja y las semillas de piñón e higuerilla.
El siguiente paso fue la caracterización físico-química de los aceites mediante cromatografía de gases en un laboratorio en Loja, donde se determinó la composición y calidad de los compuestos. Posteriormente, se evaluó su efecto sobre la cochinilla en condiciones de laboratorio, utilizando distintas concentraciones para medir su eficacia.
“En condiciones controladas, encontramos que tres aceites esenciales lograron una mortalidad del 100% de la plaga a bajas concentraciones: la canela, la hierbaluisa y el limón”, señala Recalde. “Sin embargo, necesitamos verificar estos resultados en condiciones de campo, donde influyen factores como la temperatura, la humedad y la presencia de otros insectos”.
Hacia una aplicación práctica
Actualmente, el equipo de investigadores está en la fase de experimentación en viveros y posteriormente en campo. “Este año nos enfocaremos en probar la efectividad de los aceites en diferentes estadios de la cochinilla, no solo en adultos e infantes”, indica la directora del proyecto. “Además, para una aplicación comercial viable, debemos formular un producto con coadyuvantes y excipientes, ya que el uso de aceites esenciales puros es costoso”.
Si los resultados en campo confirman la efectividad de estos aceites, el siguiente paso será establecer convenios con instituciones como el municipio para su aplicación en áreas urbanas afectadas por la plaga. “Nuestra meta es reducir el uso de insecticidas químicos y promover alternativas más amigables con el medio ambiente”, concluye Recalde.
Este proyecto, que combina la química, la agronomía y la entomología, representa un avance significativo en la búsqueda de soluciones sostenibles para el control de plagas y la conservación de áreas verdes en la ciudad.
A futuro, el equipo de investigación espera expandir su estudio a otras plagas que afectan cultivos y espacios urbanos, aplicando la misma metodología basada en aceites esenciales. “Sabemos que hay un gran potencial en este tipo de bioproductos, y con más apoyo institucional podríamos desarrollar soluciones innovadoras que beneficien a la comunidad y al medio ambiente”, concluye Recalde.

Testimonio
Adrián Casinelli, uno de los participantes, destacó a EXPRESO la importancia del trabajo realizado. "La verdad que sí es una experiencia muy bonita porque toda la investigación fue muy didáctica. Nuestra labor fue poner a prueba los aceites, verificando su efectividad como bioinsecticidas. En mi caso, utilicé aceite esencial de hierbaluisa, limón, y comprobé que eran súper efectivos" , señaló Casinelli.
La cochinilla, que ha causado daños significativos en árboles y plantas ornamentales, ha obligado a talar muchas especies en la ciudad. Ante esta situación, la investigación busca ofrecer una alternativa natural para mitigar el uso de pesticidas químicos que, por normativas ambientales, no pueden emplearse en zonas urbanas.
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