De actor en decadencia a detective
Arturo Pérez-Reverte regresa a las estanterías con ‘El problema final’, una novela policial que evoca a Sherlock Holmes
Es junio de 1960 y los nueve huéspedes de un pequeño hotel en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, están en aprietos.
Y es que la isla se ha convertido en prisión, producto de un temporal que impide los viajes para salir de la isla. Pero las cosas siempre se pueden poner peor, y esto es lo que sucede cuando Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en la playa. Al principio, parece un suicidio, pero pronto es aparente que es mucho más que eso. El encargado de investigar el caso es Hopalong Basil, un actor en decadencia que durante años interpretó en el cine al más famosos detective de todos lo tiempos, Sherlock Holmes.
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Leer másEn ‘El problema final’, Arturo Pérez-Reverte vuelve a la novela policial clásica. En este libro no hay persecuciones, ni satélites, ni celulares o los asesinos seriales que han cobrado vigencia por su maldad.
“Yo quería hacer una novela canónica, pero esa novela está hecha, y muy bien hecha, y yo no tengo talento para crear de la nada. De modo que me sumergí en la biblioteca del policial clásico y saqué esta novela gozosa y deliberadamente”, ha dicho el autor.
El mayor logro de Conan Doyle no es Sherlock Holmes; es Moriarty visto por Sherlock Holmes...Uno puede llegar a admirar la manera en que los malvados ejercen su maldad.
Sus influencias son fácilmente reconocibles: Agatha Christie, Stanley Gardner, Ellery Queen, Dickson Carr y, por supuesto, Sir Arthur Conan Doyle. De todos ha tomado trucos narrativos, e incluso la ubicación de la obra, es un guiño al emblemático ‘Diez negritos’ (And then there were none) de Christie.
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“Pretendía volver al enigma elegante, al problema en el cual importa menos quién lo hizo y porqué lo hizo, que el cómo lo hizo. En el mundo actual de novela negra, el policial nórdico ha hecho mucho daño, y la novela problema clásica se ha olvidado”, ha dicho el autor.
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Leer másAun así, frente a los cambios en gustos relacionados a la novel policial, el escritor de 72 años envió primero su manuscrito a la editorial sin el último capítulo. Quería ver si el equipo de la editorial era capaz de descubrir quién era el asesino sin que se lo desvelaran. Nadie pudo, y la curiosidad de quienes lo leyeron era tal, que notó que el ejercicio sí funcionaba.
“Yo quería ver si era posible rescatar el canon de la novela problema policial antiguo para un público actual. Jugando con un lector que no es inocente, que ha leído mucho, que ha visto mucho cine y tenderle trampas con sus propios conocimientos. Una especie de emboscada, de juego de ajedrez con el lector, y siento que lo he logrado”, ha señalado.
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Una característica típica de los libros de Pérez-Reverte que se mantiene en ‘El problema final’ es la difusa línea entre el bien y el mal. Y esto, ha explicado el escritor, era intencional.
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Leer más“Uno puede aprender más de un malvado que de un bueno. Uno puede aprender más de un Hitler que de una Teresa de Calcuta”, indica. “Yo adoro a Moriarty. Para mí, el mayor logro de Conan Doyle no es Sherlock Holmes, es Moriarty visto por Sherlock Holmes”.
Otro triunfo de la obra es el ‘Watson’ español, el médico Paco Foxá, quien dedica su tiempo libre a escribe novelas de ‘cowboys’.
- “En esta novela no hay nada casual. Responde a un plan elaborado minuciosamente. Es como en la realidad, se planea, pero no siempre lo planeado sale como parece prescrito… En este caso lo hago, naturalmente, pero siempre escribo un texto a mano, que luego paso, corrigiéndolo, en el ordenador, y ese proceso sigue casi hasta el final, para no dejar cabos sueltos, encajando piezas. Ha sido muy divertido”, ha comentado el autor.