La Aerovia toca otros dos iconos patrimoniales
$ 134 millones es el costo estimado de inversión que hará la empresa Sofratesa en la Aerovía.
En el afán de la modernización, los inmuebles patrimoniales suelen ser las primeras víctimas, y Guayaquil no es la excepción. Meses atrás, la repentina demolición de la piscina municipal, donde se ubicará una de las terminales del sistema de transporte Aerovía, provocó fuertes críticas y denuncias ciudadanas sobre incumplimiento del cuidado de los inmuebles tradicionales de la urbe. El alcalde Jaime Nebot respondió con vehemencia: “Nada ni nadie va a detener que se lleve a cabo la acción que beneficiará a la población”.
Pero en el trazado de la Aerovía, la piscina no es la única edificación patrimonial que será sometida a intervención. El Cementerio de los Extranjeros, construido en 1876 y cuyo manejo está en abandono desde 2014, también es parte del proyecto.
El trazado contempla la colocación de una estación intermedia, ubicada en la calle Julián Coronel. Para asegurar su funcionamiento, una pilastra de soporte para los cables de transmisión será colocada en los exteriores del camposanto, un descuidado terreno donde se encuentran 191 tumbas del siglo XIX.
Camilo Ruiz, administrador del proyecto Aerovía, indicó que la estructura se colocará en un terreno adyacente al camposanto y que su construcción no afectará al sitio. “No será dentro del cementerio, sino al lado, en un terreno de la Junta de Beneficencia, por lo que no habrá afectación”.
Esta no es la opinión del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), cuyo director, Luis Mueckay, señaló que, tras un estudio realizado conjuntamente con técnicos de la empresa que tiene a cargo el proyecto, funcionarios del Ministerio de Cultura y Patrimonio y de la Subsecretaría de Gestión de Riesgos, se determinó que “las obras de cimentación de la pilastra provocarán sin duda deterioros en un radio no menor a 10 metros, constituyendo un impacto directo a la zona declarada patrimonio (el cementerio)”.
El helipuerto del Hospital Luis Vernaza, construido para el traslado de pacientes en emergencias, también será una de las zonas afectadas por el paso de la Aerovía. Según el estudio del proyecto, aprobado por el Cabildo y que se encuentra en el portal digital del mismo, este deberá ser reubicado, pues su sitio actual “interfiere con el sistema de cables”. Según los documentos, la aprobación para este cambio fue solicitada en 2016 a la Dirección Nacional de Aviación Civil, que dio su consentimiento.
Ruiz confirmó la intervención estableciendo que “el cable pasará por ahí y el helipuerto perderá su operación... Lo que se va a hacer es evaluar dónde es el mejor sitio para implementar una nueva área para que el helipuerto cumpla con todos los requerimientos de la DAC”.
La decisión es también un punto de contención con el INPC, que explicó a EXPRESO que “todo el emplazamiento donde se ubica el Hospital Luis Vernaza está declarado como Patrimonio Cultural. El helipuerto se ubica dentro de la zona de influencia de la declaratoria”.
El funcionario agregó que en el caso del centro de salud, hasta ahora la institución no ha recibido una solicitud de inspección de parte de la Aerovía. Este Diario consultó a la Junta de Beneficencia sobre las posibles afectaciones, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
Una ley para la protección
Como publicó EXPRESO el sábado, el concejal Leonardo Bravo propuso la creación de una ordenanza que marque la ruta para preservar el patrimonio de la urbe. Según el político, el fin de esta ley es “frenar el irrespeto al patrimonio que ha existido en este tiempo”. Esta plantea la creación de una unidad de control encargada del manejo, protección e intervención de los inmuebles tradicionales, cuyo manejo pasó legalmente al Cabildo en 2014, pero que en Guayaquil aún está en pugna con el Ministerio de Cultura y Patrimonio.