Agua de pitima, el rincón de Cuenca donde se guarda la sabiduría ancestral
El lugar, en el corazón de la capital azuaya, ofrece remedios naturales
La sabiduría ancestral de las religiosas del Monasterio de El Carmen de la Asunción se comparte con cientos de personas que buscan en los remedios naturales la solución para sus problemas de salud.
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Leer másEn pleno Centro Histórico de Cuenca, a una cuadra del parque Calderón, está la pequeña tienda ‘Agua de pitima’. En un letrero, cerca de la puerta, se detallan los productos que se ofrecen: gelatina de pichón, jarabe de rábano, vino de consagrar, multivitamínico, loción curativa, miel, hostias, aceite del Santísimo, entre otros.
Sandra Guamán, trabajadora del lugar, dice que las personas llegan preguntando por varios remedios. “Son productos naturales, elaborados por las propias madres del monasterio y no tienen ningún tipo de contraindicación”.
Explicó que los visitantes llegan principalmente para comprar el agua de pitima, una bebida de plantas medicinales como toronjil, valeriana y otras, cuyo beneficio es tratar el estrés, los nervios y otros problemas.
Refrescante y curativa
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Leer másMaría Lozano confiesa que siempre que puede pasa por el Monasterio para tomar el "agüita" que a más de ser refrescante ha sido un remedio para regular un problema de azúcar en la sangre, el cual padece.
También hay quienes llegan por la tradición que aprendieron de sus abuelas y madres que guardan confianza en los productos elaborados por las religiosas.
El Monasterio de El Carmen de la Asunción se fundó en 1682 y estuvo a cargo de cuatro religiosas enviadas desde Quito.
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