Padecimiento. Ana Teresa tuvo la enfermedad por tres años.

Agua en la procesion para obrar milagros

La venta en la peregrinación del Cristo del Consuelo está destinada a niños con cáncer.

Ana Teresa Sandoval de Santana no era católica. Pero año a año acudía sin falta a la procesión del Cristo del Consuelo, que hoy tendrá una nueva edición desde las 07:00. Este año no estará para ver cómo su último anhelo se cumple.

El cáncer de ovario que padecía le cerró los ojos para siempre en mayo de 2017. Meses antes, la guayaquileña, de 57 años, tuvo la idea de producir botellas con agua con la denominación ‘Cristo del Consuelo’ y cuyas ventas se destinarían a niños con cáncer o que tuvieran capacidades especiales.

Su esposo e hija, Xavier y Ruth Santana, propietarios de una embotelladora, hicieron realidad este sueño y elaboraron 10 mil botellas que se venden hoy durante el recorrido, que empieza en la iglesia y termina en el monumento del Cristo de Consuelo, en El Cisne 2.

Los fondos, detalló el padre Ángel Villamizar, irán al Albergue de Niños con Cáncer (Asonic). Eso llena de nostalgia y alegría a Xavier, quien contagió a su esposa del amor por el Cristo del Consuelo.

Ana Teresa fue criada en el seno de una familia evangélica, pero fue Xavier quien la instó a acudir a la iglesia y a la procesión. El padre Villamizar siempre la veía llegar en Semana Santa con una vela para el altar.

“Yo solo la veía y no sabía nada sobre ella. No sabía que no era católica ni que padecía de cáncer. Poco a poco se fue acercando y me contó que tenía una embotelladora. Ahí surgió la idea de las botellas”, recordó el sacerdote.

Fue en la Semana Santa del año pasado que el religioso le comentó a la familia de Ana Teresa de este anhelo que tenía y ellos lo cristalizaron. Primero elaboraron y donaron 1.000 galones, cuyas ventas fueron destinadas a actividades de la iglesia.

Un año después, y pensando en la hidratación de los agentes policiales, de tránsito y civiles que resguardan el recorrido, Ruth y Xavier donaron las botellas para su consumo.

Finalmente, se decidió comercializar el agua y que este dinero sea utilizado justamente para ayudar a infantes que tengan el mismo padecimiento que le arrebató la vida a Ana Teresa.

“Me siento orgulloso porque fue una mujer tan grande, que siempre estuvo pendiente de mí, de su hija, de sus nietos. Estoy agradecido con Dios y con el Cristo del Consuelo por esta maravillosa obra que se ha hecho en honor a mi esposa”, dice Xavier.

Su hija Ruth está igual de orgullosa. Desde niña vio cómo su mamá siempre se preocupó por ayudar a quienes más lo necesitaban. “Ella era de las que recogían y regalaban juguetes para los niños en la Navidad”, evoca emocionada.

Poco antes de su fallecimiento, la mujer también ayudó a una fundación para niños con capacidades especiales, relata Ruth.

Padre e hija están orgullosos del acercamiento que su mamá tuvo al Cristo del Consuelo, y aunque ella ya no está físicamente, sus buenas acciones seguirán teniendo eco en esta procesión.

EL DETALLE

Recomendaciones. Los bomberos sugieren, durante la caminata, llevar suficiente agua, usar gorras y protector solar y llevar fundas de basura para los desperdicios.

PARA SABER

Dos carpas

Habrá dos carpas, una ubicada en el Santuario y otra en el Monumento del Cristo del Consuelo, para la venta del agua. El líquido también se vendió ayer en la iglesia.

Está bendita

Según el padre Villamizar, el agua, que está purificada y tiene todas las normas de calidad, también está bendita.

Sin informales

Durante el recorrido está prohibida la presencia de vendedores informales en la procesión.