El filme se centra en la juventud del recordado personaje, interpretado originalmente por Harrison Ford, a quien ahora encarna Alden Ehrenreich.

Alden Ehrenreich, el nuevo heroe de Star Wars

El actor estadounidense interpreta al fanfarrón galáctico Han Solo. Se trata de la cuarta cinta desde que Disney compró LucasFilm.

A los fans de Star Wars les costará no ver en la pantalla a Harrison Ford como el fanfarrón galáctico de la popular saga, pues Alden Ehrenreich toma la posta para interpretarlo en Solo: Una historia de Star Wars, que llega a los cines para mostrar los orígenes del contrabandista.

Se trata de la cuarta película del universo Star Wars desde que Disney compró —en 2012— la productora LucasFilm, y no será la última, con la vista puesta, de momento, en el Episodio IX de la saga y otra producción centrada en el personaje de Obi Wan Kenobi.

Pero ahora es el turno del contrabandista más pícaro y el mejor piloto de la galaxia, cuyos orígenes se muestran en una cinta que divide a la crítica entre “innecesaria” y amable divertimento para hacer las delicias de los fan.

Serán ellos, los seguidores del cosmos ideado por George Lucas, los que despejen las mayores incógnitas sobre el mítico Han Solo en esta producción: de dónde viene su inconfundible apodo, cómo conoció a Chewbacca —su leal compañero de aventuras—, o cómo fue esa legendaria partida de sabacc, en la que ganó el Halcón Milenario.

Todas esas dudas, y más, se despejan en el nuevo filme, que es mucho más que un biopic sobre el personaje que ahora interpreta Ehrenreich, desconocido para los seguidores de la fuerza, aunque se ha puesto a las órdenes de los hermanos Coen, Francis Ford Coppola o Woody Allen.

Porque a pesar de que se centra en el periplo vital de Solo, desde que dejase su planeta natal, Corellia, hasta hacerse un piloto de renombre consiguiendo completar el Corredor de Kessel en menos de doce parsecs, la cinta sigue la dinámica de Star Wars y orbita alrededor de personajes secundarios que le siguen en su viaje a la madurez.

Empezando por Qi’Ra, el amor de adolescencia de Solo cuando era un ratero en Corellia y antes de que comenzase la Rebelión y conociese a Leia Organa. Ahora será Emilia Clarke, que da el salto desde el fenómeno Juego de Tronos a la franquicia galáctica, por quien beba los vientos el antihéroe más querido de las galaxias.

Nuevas criaturas

Y también los ciborg tendrán protagonismo. Si las primeras películas mitificaron a R2-D2 y C-3PO, y más tarde llegarían criaturas como Jar Jar Binks o los adorables porgs de Los Últimos Jedi, en esta nueva producción entra en acción L3-37, la copiloto de Calrissian.

Un magnético robot a quien pone voz en la versión original Phoebe Waller-Bridge, y que compite en carisma con el resto del elenco: Woody Harrelson, Thandie Newton y Joonas Suotamo, que vuelve a enfundarse el disfraz de Chewbacca en sustitución de Peter Mayhew.

Solo: Una historia de Star Wars se vistió de largo ante el mundo en el pasado Festival de Cannes, después de su prestreno en Los Ángeles, y llegaba planeando con la duda de la consistencia del producto final tras las sonadas diferencias creativas que apartaron de la dirección a Phil Lord y Christopher Miller.

Los responsables de La Lego película abandonaron el proyecto por diferencias con los guionistas de la cinta, el veterano Lawrence Kasdan y su hijo, Jon Kasdan, y el oscarizado Ron Howard se ponía al frente de la dirección cuando estaba a medio cocinar.

“Podía ver lo que se había hecho antes, mantener las cosas que más me gustaban, experimentar con nuevas ideas y continuar trabajando con los guionistas y actores”, explicaba Howard en Cannes sobre su trabajo en este “gran tributo” al universo creado por George Lucas en 1977 y al que fuerza para seguir no le falta.

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