Alemania, victima de la nueva maldicion
Pasó en Alemania 2006, cuando Brasil se fue temprano a casa. En 2010, Italia igual tuvo que despedirse. Mientras, en 2014 los españoles armaron maletas pronto.
Desde lo futbolístico, la superstición y la estadística. Desde cualquiera de esos puntos, la eliminación de Alemania de la Copa del Mundo tiene sentido.
Claro, lo que más pesa es lo futbolístico, donde los alemanes lucieron demasiado terrenales, incapaces de anotar en dos partidos y con una defensa que siempre recibió goles.
Jamás estuvieron a la altura de la mochila que llevaron a Rusia: campeones vigentes y favoritos a la vuelta olímpica.
Perdieron ante México y Corea sin anotar. A Suecia le ganaron sobre la hora, con un golazo de Kroos, que solo quedará como anécdota.
La realidad de esta Alemania es que en los tres partidos tuvo un juego muy predecible, basado en una posesión lateralizada, que casi nunca buscó el pase entre líneas para sorprender a los rivales.
La fórmula que le aplicaron fue suficiente: cerrar los espacios en cancha propia y salir con pases largos para aprovechar la contra. Siempre con algunas variantes.
A Corea la alcanzó ayer y también a México, en la primera fecha. A Suecia le estaba funcionando pero sufrió por un par de desconcentraciones.
Además, desde el banquillo jamás llegó una respuesta verdadera y por eso Alemania se fue a casa temprano.
Pero también está el otro lado del fútbol. La creencia. La superstición. Alemania fue víctima de la última maldición de los campeones del mundo, que se van en primera ronda.
Pasó en Alemania 2006, cuando Brasil se fue temprano a casa. En 2010, Italia igual tuvo que despedirse. Mientras, en 2014 los españoles armaron maletas pronto.
Buscando un poco más, en 2002 Francia no pasó de la primera fase cuando ostentaba la corona.
Una estadística amenazante para cada Mundial y que cobra fuerza, al menos para el mito y el morbo de Catar 2022.
Una similar maldición pasa con el campeón de la Copa Confederaciones. Desde 1992 se juega este torneo que junta al mejor de cada continente. Ningún seleccionado que llegó al Mundial como campeón de esa cita pudo levantar la Copa.
Alemania se va a casa temprano. Y más allá de las creencias, lo único cierto es que desde hace 80 años no pasaba una vergüenza similar, yéndose en la primera ronda de una Copa del Mundo.