Alexandra Escobar, la pentacampeona
Alexandra Escobar es más que pesas. Bien se podría empezar esta nota destacando el extenso palmarés que acumula a lo largo de casi 17 años dedicados al deporte, pero no.
Alexandra Escobar es más que pesas. Bien se podría empezar esta nota destacando el extenso palmarés que acumula a lo largo de casi 17 años dedicados al deporte, pero no. La noche del miércoles pasado llegó tarde (fue la última en arribar). Bien maquillada, con un vestido negro ceñido al cuerpo y usando tacones altos, asomó la cabeza por la puerta del salón principal donde se entregaban los Premios Granasa 2016 y pidió disculpas.
Estaba avergonzada. Se sentó, saludó con el resto de deportistas galardonados y se excusó diciendo que había descuidado el tráfico que en estas fechas tiene la ciudad; que tenía más la cabeza en su hijo Dóminic (10 años), quien se había quedado con su papá y su abuela en su natal Esmeraldas. En ese momento todas las disculpas quedaron justificadas.
El pequeño es su eje; su motivación, y la mayor parte del tiempo no pasa con él por estar encima de una plataforma representando al país. De ahí que el premio a la ‘Mejor Deportista Sénior Femenina 2016’ fue para la madre, la guerrera y finalmente a la pesista, carrera que este año le valió al país su más alta distinción a nivel olímpico: un cuarto lugar en los Juegos de Río 2016.
Si a históricos nos referimos, Alexandra ya está en ese apartado, ya que este año sumó su Premio Granasa número 5, lo que la convierte en la segunda ganadora con mayor cantidad de galardones, superada solo por Jefferson Pérez, con 7.
Es sincera. Califica al 2016 como bueno, no como excelente. Excelente hubiera sido conseguir el bronce en Río y no quedarse a un puesto del metal, dice. “Gracias a Dios este año siempre estuve en el podio de los torneos en los que competí, por eso es bueno; sin embargo, en donde tuve que volver a estar entre los tres primeros lugares no estuve. Son cosas del deporte”, añade.
Haciendo una retrospectiva, Alexandra asegura que perdió el bronce olímpico un año antes, cuando en los Juegos Panamericanos de Canadá se dislocó el codo. Esa lesión la alejó por seis meses de las competencias. “Me recuperé, pero al parecer no del todo. No solo es la parte física, sino la mental. Antes de la lesión, levanté 103 kg y 130 kg, pesos que si repetía este año en Brasil me hacían ganadora, incluso, la medalla de plata”.
A sus 36 años (no le gusta decir su edad), Escobar no habla del retiro como algo inmediato. A EXPRESO le confesó que cuando soltó la pesa en su último intento, en Río, prometió regresar a Esmeraldas y dejar el deporte, pero no pudo. “Siempre que me preguntaron después de los Juegos dije no sé. Mi idea era que no iba a volver a entrenar, pero pasaron 15 días y casi me muero. Me sentí mal, así que llamé al entrenador para pedirle que me envíe la planificación”, dice entre risas.
Hoy Alexandra habla de que en febrero tendrá el torneo Manuel Suárez, en Cuba; luego torneos Sudamericanos, Panamericanos, Mundiales, hasta los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, en Colombia, en noviembre próximo. Pero ¿Y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020? “No creo que termine el ciclo olímpico, pero voy a ir saliendo poco a poco (quisiera ser entrenadora)”, manifiesta. Dominic, su hijo, la necesita. Avergonzada dice que las maestras en la escuela le informaron que al niño le falta amor de madre, algo que a Alexandra le parte el corazón. “Atrás mío vienen potencias como Neisi (Dájomes) y muchos más. El futuro (de las pesas) está asegurado.
Halterofilia
Diploma con sabor a medalla
Con 3 oros sudamericanos, la pesista levantó 100 kg en arranque y 123 kg en envión para un total de 223 kg, en los 58 kg de Río, lo que le valió el 4° lugar y diploma olímpico.