Alfredo Palacio: “Ame mucho, casi permanentemente, y he sido feliz”
El ex presidente de Ecuador (80), ejerce su profesión en Manta. Pinta, lee y a veces escribe. Recuerda haber escrito unas estrofas excesivamente eróticas.
El departamento donde vive nuestro invitado es tan ordenado que confirma que allí reside un hombre por un par de días a la semana, nada más. A la entrada, en una esquina, guindan sombreros de diferentes estilos, desde tipos mariachi hasta una gorra azul con el logo de la Armada del Ecuador.
Su biblioteca es pequeña y cálida. La lámpara azul y celeste combina perfectamente con las repisas grisáceas de su biblioteca, en armonía con el color del piso. Y si usted no lo supiera, ni sospecharía que fue presidente de la República porque a primera vista no encuentra nada que le brinde esa pista.
Alfredo, ¿acaso usted ya se retiró?
Nunca me voy a retirar, jamás lo haré. Ahora trabajo en Manta de lunes a jueves, el viernes ya es mío y el fin de semana paso aquí o en Pacoa. Pinto, leo y a veces escribo.
¿Esa pintura de mujer es de su autoría? ¿Quién es ella?
Sí, yo la pinté. Es mi exesposa. Se llama ‘Corazón’.
¿Acerca del corazón trata de lo que escribe a veces?
Tengo dos o tres libros en la cabeza. Deseo escribir un Manual de Cardiología para médicos y otro para mis conciudadanos, que los guíe sobre cómo deben cuidar el corazón. También tengo un proyecto de una pequeña novela.
¿Novela de misterio, romance, política, historia?
Sí, encierra todo lo que acabas de mencionar. Me gusta mucho el suspenso y nunca dejará de haber un tinte romántico o erótico.
¿Erotismo o romanticismo? ¿O las dos cosas?
Yo creo que son sinónimos. Mi erotismo es básicamente romántico, no entiendo de erotismo sin romanticismo. Cuando dejé la Presidencia escribí unas décimas, y un músico amigo mío les puso melodía, convirtiéndolas en canciones. Nunca las publiqué. Son eróticas, tal vez excesivamente eróticas, pero siempre románticas.
¿Un romántico solo?
Mi corazón está siempre abierto. Estoy solo ahora, no creo que estaré solo siempre, en algún momento encontraré a alguien.
El trabajo de Manta es el presente. ¿Y después qué viene?
Mi contrato con Cardiocentro Manta es por cinco años. Aún no he pensado qué vendrá después. En lo que no dejo de pensar es en el país, porque no creo que estemos en el mejor rumbo.
¿Siente que enrumbó al país?
Creo que de la misma forma que ejercí la cardiología, ejercí la Presidencia. Cuando asumí esas funciones era como haber entrado a una terapia intensiva con un paciente grave, que no me podía mover si no lo dejaba estabilizado, y así procedí. Ahora me preocupa lo que nos está pasando.
¿Y después de ese diagnóstico, qué sugiere hacer?
Creo que es la hora de los intelectuales, no de los tecnócratas. Creo que es la hora de la Academia más que nunca.
¿Una Academia distinta a la que hemos tenido?
La única razón real por la que seguimos subsistiendo es por esa ilusión de tener un mundo mejor. Cuando te enamoras, en realidad lo que estás viendo en esos ojos que te atraen, es la bondad que tú quisieras tener para el género humano y lo es. Así te enamoras de la idea de tener un mundo mejor.
¿Es cierto que los médicos son padres sobreprotectores? ¿Usted lo fue?
No creo que yo haya sido sobreprotector en absoluto, pero sí lo suficiente. Tuve una esposa maravillosa que se preocupaba de las vacunas, de la salud, de los dientes, de todo. Entonces, realmente poco me preocupé de eso porque tenía a alguien que lo hacía, y espectacularmente bien. Sin embargo, creo que sí ejercí la paternidad, la ejercí con todo lo que pude. Yo pasaba los fines de semana con mis hijos, conversábamos.
Me dice “con todo lo que pude”. Y eso significa...
Hablé con mis hijos de cómo debía ser la vida, a dónde debía conducirse nuestro país, nuestra sociedad.
Y para terminar este diálogo, ¿qué nos diría?
Que todo lo que hice en la vida lo ejercí a plenitud y creo que lo más importante que recibieron mis hijos fue ese ejercicio de cada cosa que hice. Mi medicina fue construida como cuando escribes un poema. Mi medicina y la cardiología han sido la construcción del verso que debe ser perfecto y yo creo que eso lo tomaron mis hijos, y lo están haciendo mejor que yo, y siento que es mi mejor contribución. Y siento además que me ha gustado todo lo que hemos conversado porque me has tocado el alma...
De su autoría
Un viejo amor, mis pipas (cuento urbano)
He desempolvado mis viejas pipas antaño abandonadas. Las acaricio con nostalgia, las limpio con delicadeza y les hablo cerquita del viejo amor que disfrutaron conmigo, alguna vez. Las relleno con la mezcla de tabaco casero que he podido conseguir, muy diferente a la elegante fragancia a la que las tuve acostumbradas. Recelosas y desconfiadas, no aceptan con facilidad mis halagos, como una mujer herida que necesita hacerse de rogar, tal vez porque ellas saben a ciencia cierta que una vez encendidas, con cuatro bocanadas de humo aparecerá tu rostro ocupando la noche.
Personal
- Ex presidente de Ecuador, desde 20 de abril de 2005 hasta enero de 2007.
- Doctor en Medicina, graduado en la Universidad de Guayaquil. Se especializó en medicina interna, cardiología y cirugía en Estados Unidos.
- Ha publicado obras científicas en el área de su especialización.