Alianza PAIS busca por fuera las razones de su decadencia
Dicen que el movimiento está en las cenizas pero se lo puede recuperar. Acusan al actual Gobierno y al anterior del fracaso electoral del 7 de febrero
Pasan por un mal momento, lo saben y lo reconocen. Sin el peso de ser poder, ni en el Ejecutivo ni en Legislativo, los dirigentes de Alianza PAIS (AP) se plantean “rescatar de las cenizas” lo que queda del movimiento y así evitar una extinción definitiva, a la que se encaminan desde hace cuatro años.
Los resultados electorales del 7 de febrero, en los que la candidata presidencial Ximeña Peña se ubicó en la mitad de la tabla con 143.160 votos y la agrupación no obtuvo ni un solo asambleísta, causaron un remezón que, aseguran, está poniendo fin al letargo de una militancia que pide cambios.
“El presidente Lenín Moreno se ha desentendido del movimiento Alianza PAIS”
Leer másLa primera reforma parece, más bien, un golpe de efecto: pedir la separación del presidente Lenín Moreno del movimiento, pese a que en la práctica el primer mandatario se había autoexcluido casi desde el inicio de la dirección de AP. El lunes lo hizo oficialmente.
A él le atribuyen la mitad de la “pesada mochila” con la que, según ellos, llegaron a los comicios generales, en los que obtuvieron los peores resultados de su corta pero rauda historia. La otra parte, reconocen, se debe a que la población aún recuerda los casos de corrupción que se vivieron durante el anterior Gobierno, sombra que aún persigue a la marca Alianza PAIS.
Casa adentro la autocrítica se limita a reconocer que “los pobres resultados electorales” se deben también a una reacción lenta de la organización política a la hora de tomar decisiones y formar nuevos cuadros, le dijo Peña a EXPRESO.
El analista político Arturo Moscoso dijo que en la actualidad AP no pinta absolutamente nada en el panorama político y que difícilmente se podrá concretar ese “resurgir” del que hablan sus dirigentes, porque se trata de una estructura que podía estar unida únicamente en torno a la figura del expresidente Rafael Correa.
Peña discrepa: “Seguimos siendo una organización política que tiene una historia. Sin bien hubo un revés electoral, cuenta con una militancia que se ha mantenido dentro de las filas más allá del ejercicio de gobierno y lo que debemos (hacer) es reconectar con el servicio ciudadano”.
Moscoso está convencido de que más temprano que tarde, parte de lo que queda de AP buscará refugiarse en las filas del correísmo, y el resto se unirá a otras agrupaciones políticas, como ya ocurrió en el pasado proceso electoral.
La tarde de ayer estaba prevista una reunión de la Dirección Nacional del movimiento para definir la fecha de una convención, para empezar a renovar la directiva que, por ahora, está acéfala debido a la renuncia de Moreno a la militancia y presidencia de Alianza PAIS.
Lenín Moreno solicita su desafiliación del movimiento Alianza PAIS
Leer másLa ruptura
El cisma de Alianza PAIS empezó cuando el presidente Lenín Moreno le retiró el respaldo a su entonces vicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción. En noviembre de 2017 hubo un primer intento de retirar al mandatario de la presidencia del movimiento por parte del ala correísta que permanecía en AP.
Desgrane
No fue la única división del oficialismo. En la Asamblea Nacional el bloque de AP sufrió varias deserciones. La primera, encabezada por los legisladores que crearon la facción denominada Revolución Ciudadana. Luego, figuras como Elizabeth Cabezas y María José Carrión dejaron las filas de AP.
Guiño
Aunque AP no ha decidido a quién apoyará en segunda vuelta, si está claro que no respaldará a Guillermo Lasso. Ayer Peña dijo que en el caso del correísmo, el candidato es Andrés Arauz y no el expresidente Rafael Correa y que habrá que analizar los “puentes” que construya el aspirante por UNES.