Alta demanda en compras de medicinas para tratar la ‘gripe’
Después de fin de año las farmacias empezaron a vender más paracetamol. Muchos acuden sin receta médica. Las boticas sí tienen medicinas en stock.
Paracetamol y más paracetamol. Este es el medicamento que más se ha vendido en algunas farmacias del país desde el repunte de la variante ómicron. Un joven, con evidente malestar en el cuerpo, ingresa a una botica del norte de Quito a comprar pastillas para la fiebre y tos, esto luego de festejar el Fin de Año con su familia. No lleva receta médica y le pide al despachador una caja de paracetamol de 5 miligramos y que le recomiende un jarabe para la tos. El vendedor no duda en ofrecerle un remedio de origen natural para su afectación. ¿Estaba contagiado? Ni él lo sabe.
COVID-19: Cuándo y cuál prueba debes realizarte
Leer másEn esta farmacia el medicamento que más se ha vendido desde que se inició el 2022 es paracetamol, desde que pasó el feriado de fin de año. El farmacéutico comentó que “son muchos jóvenes los que han venido a comprar medicinas para la gripe. Por supuesto, nosotros sabemos que eso puede ser COVID-19. Nos tocó adelantar el abastecimiento”.
Y así, en muchas farmacias más. En el sector de San Isidro del Inca, una zona popular y muy transitada en el norte de la capital, en cinco farmacias la realidad es la misma: los proveedores tuvieron que adelantar las entregas de fármacos para problemas gripales y respiratorios. “Ya no tenía paracetamol, la gente venía a pedir esa pastilla por la fiebre. Nos tocó llamar a un subdistribuidor para que nos traiga. Enhorabuena sí tenían el fármaco”, cuenta el vendedor de una farmacia.
Los primeros días de enero recibimos a más clientes. Venían directamente a comprar pastillas para el malestar, el dolor del cuerpo, para la tos. Tuvimos que incrementar los pedidos.
Otras medicinas con alta demanda durante estos días son el ibuprofeno y azitromicina. El primero es un antiinflamatorio y la segunda un antibiótico de amplio espectro para tratar las infecciones. Ambos medicamentos no sirven para tratar la gripe, peor aún la COVID. “La azitromicina se usaba al inicio de la pandemia, durante el proceso de descubrimiento, para saber cuál era el tratamiento más aceptado para el virus. Quizá por esa razón se sigue comprando deliberadamente”, manifestó el galeno Jorge Iglesias.
La misma situación de la capital se vive en Guayaquil. Aunque no se habla de escasez, sí se enfrentan las distribuidoras de fármacos a retrasos en la entrega de los productos. Estas y farmacias de grandes cadenas nacionales, hasta aquellas de nivel barrial, han visto una creciente demanda en medicamentos para la gripe común, tales como amoxicilina, Fluimucil, Lemon-Flu, vitamina C y paracetamol.
COVID-19: El Ministerio de Salud replantea la inmunidad colectiva
Leer másJuan Francisco Salvador, gerente de Asuntos Públicos de Grupo GPF - Fybeca, comentó que en las últimas semanas se ha incrementado la demanda de medicamentos antigripales, pero gracias a la coordinación y análisis previo del mercado, realizaron compras y órdenes con sus socios distribuidores para evitar desabastecimiento en las boticas de su cadena. Han experimentado una demora de hasta dos días por las varias órdenes que reciben sus socios comerciales por parte de varias compañías farmacéuticas.
Por su parte, Angie del Salto, presidenta de Disprodelsa, dijo a EXPRESO que sus socios comerciales, al experimentar una reducción de personal del 50 % para la distribución de su mercancía, han presentado demoras de uno a cuatro días para entregas en esta distribuidora.
El problema no es que no haya medicina en stock, es la falta de personal en las distribuidoras para la entrega y facturación de los medicamentos que se ordenan.
Las farmacias y distribuidoras pequeñas también han experimentado retrasos en la entrega de medicinas, de entre tres días y una semana. Comentan que hay un incremento de pedidos, pero están vendiendo una cantidad límite por persona para evitar que los medicamentos sean revendidos a precios inflados, como se dio con mayor incidencia a inicios de la pandemia en 2020.
Este Diario buscó conocer el estado de otras distribuidoras de gran alcance en el país, tales como Quifatex, Leterago, Difare e incluso de una red de farmacias de Manabí, pero en su mayoría supieron indicar que por motivos de agenda de sus voceros no podían dar respuesta a nuestras inquietudes. Otras distribuidoras consultadas alegaron que no podían hablar a los medios de comunicación de esta situación.