Sin alternativas, militares siguen como única opción en cárceles
Sin fecha fija para devolver la administración al SNAI. Se multiplica trabajo por falta de guías penitenciarios
Tras la fuga de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, en enero de este año, se declaró la guerra interna y se estableció que los militares ingresaran a las prisiones para apoyar en la vigilancia y el control de estos territorios.
En Ecuador existen 35 cárceles habilitadas que albergan a más de 33.623 personas privadas de libertad (PPL). Estas deberían ser custodiadas por 3.362 guías penitenciarios, pero en la actualidad solo hay 2.838 agentes.
Situación en las cárceles
La normativa internacional establece que cada servidor penitenciario debe tener a su cargo 10 internos, pero en Ecuador esa proporción es de 16 debido a la falta de personal en el sistema.
Esta situación fue una de las razones por las cuales, mediante Decreto Ejecutivo, se dispuso que integrantes de las Fuerzas Armadas participen en el control externo e interno de los centros de reclusión.
A pocos días de cumplirse un año de esta instrucción presidencial, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) no pudo responder si, después de este período, los uniformados dejarán estos territorios que fueron declarados zonas de seguridad.
Esta categorización permite mantener en reserva la información sobre lo que ocurre en los penales. Al respecto, se indicó a este periódico que las consultas deben dirigirse al Bloque de Seguridad y que “en su momento serán publicadas”.
Este medio de comunicación emitió la respectiva solicitud al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, pero la entidad respondió que tramita el pedido correspondiente
El objetivo de estas entrevistas era conocer los resultados de los trabajos realizados, tanto en el control del ingreso de objetos prohibidos como en el dominio estatal y las metas alcanzadas durante el período de intervención.
Julio Ballesteros, exviceministro del extinto Ministerio de Justicia y experto en temas carcelarios, sostiene que la intervención militar ha tenido aspectos positivos, como la reducción de intentos de amotinamientos y masacres carcelarias en períodos cortos, como en 2021, 2022 y parte de 2023.
Víctimas
En los últimos cuatro años se han perpetrado 16 masacres intramuros, que han dejado más de 400 víctimas. La mayoría de estas personas perdió la vida de forma estremecedora, con desmembramientos o cuerpos calcinados.
“Con la llegada de los militares, se logró algo de orden por el temor a los uniformados, pero la extensión de la intervención ha permitido que los privados de libertad se familiaricen con su presencia. Con ello, pueden identificar puntos vulnerables en los que puede haber corrupción”, resaltó Ballesteros.
Por ello, hace un llamado a las autoridades para que diseñen una estrategia que garantice el correcto funcionamiento de las cárceles sin la necesidad de intervención militar, ya que su formación no está orientada a la administración penitenciaria.
“También existen riesgos, como que los grupos criminales recluten uniformados para que trabajen con las mafias, lo cual fortalece a las organizaciones delictivas infiltradas en organizaciones que deben combatirlas”, advirtió.
Por su parte, el abogado penalista Julio César Cueva considera necesario que el SNAI muestre los resultados y las metas alcanzadas tras la intervención militar, como parte de las estrategias y planes de seguridad implementados para lograr mejoras en el sistema carcelario del país.
“El óptimo funcionamiento no solo depende de la presencia de militares como guardias de seguridad. Es imprescindible que no haya corrupción en los traslados, en la emisión de boletas de prelibertad y que existan planes de rehabilitación reales, ajustados al tipo de interno y a su nivel de peligrosidad”, afirmó.
El próximo 9 de enero, el país cumplirá un año de la declaratoria de guerra interna.
La propuesta
El Gobierno del presidente Daniel Noboa ha prometido dos cárceles de máxima seguridad para solucionar el problema de hacinamiento en las prisiones de Ecuador. Una ya está en marcha y se la ha denominado Cárcel del Encuentro; tendrá capacidad para cerca de 800 reos y tiene un avance del 30%. Sin embargo, de la segunda aún no se han revelado mayores detalles.
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