Sin ambigUedades
En la cuarta cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -Celac, reunida en Quito la semana pasada, creemos que por primera ocasión se escuchó la voz de un político que dejó de lado lo diplomático para hablar con claridad y sin ambigüedades sobre aspectos que antes no se habían escuchado.
Respetando a la diplomacia, es muy frecuente escuchar que cuando habla un diplomático, en muchas ocasiones hay que entender lo contrario de lo que afirma. Así se dice.
El vicepresidente de Honduras, Ricardo Álvarez, en la reunión de Quito atrajo la atención de los concurrentes a la asamblea y de todos cuantos han leído su intervención.
Dijo: “Yo, la verdad, es que no soy diplomático. No estoy acostumbrado a este tipo de reuniones de quince horas sentados escuchándonos todos, discursos lindos con brillantes ideas”. En otra parte de su intervención citó a Simón Bolívar y al prócer hondureño José Cecilio del Valle, para indicar que los dos próceres hablaron siempre de la integración de nuestros pueblos, para a continuación decir que han pasado 200 años y seguimos hablando de lo mismo. “Hagamos algo y cambiemos nuestros países”.
Finalmente excitó a la Celac para que en nuestras naciones se desarrollen oportunidades, para que no falte un plato de comida para cada ser humano y que así pueda acostarse tranquilo. Eso es lo fundamental, y que “combatir la pobreza significa que haya igualdad de oportunidades para todos”.
Es indudable que estas frases deben haber conmocionado a la comunidad, porque nuestros pueblos están cansados de muchas citas cumbres entre países, en las que luego de los abrazos, sinceros o no, entre los participantes, cuando todos se retiran, pasa el tiempo y poco o nada es lo que se consigue de lo allí tratado.
Ojalá que las palabras del vicepresidente hondureño hayan calado hondo, para que pueda pensarse que esta última reunión de la Celac no va a ser igual a las anteriores de otros organismos internacionales.
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