Amnistía a Jorge Glas: un rumor que corrió con propósito electoral

La versión que circuló la semana pasada de que se estaba cocinando una amnistía en la Asamblea a favor de Jorge Glas es más falsa que billete de tres dólares. 

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Nunca hubo una sola señal ni un solo dato o declaración que diera cuenta de que entre los movimientos y partidos representados en la Asamblea se estuviera planificando un acuerdo para que Glas sea amnistiado. 

Ni siquiera el mismo correísmo le dio validez a la tesis, porque la verdad es que esa supuesta iniciativa es completamente ilegal: la Constitución establece que la Asamblea únicamente puede otorgar amnistías cuando se trata de delitos políticos y no por atentados con la administración pública, como ocurre en el caso del exvicepresidente ahora preso en La Roca.

A pesar de todo lo improbable que era la supuesta búsqueda de un acuerdo para la amnistía, la noticia empezó a recorrer y, cuando medios como EXPRESO, intentaron verificar lo que se decía y fueron a consultar a los movimientos y partidos quedó en claro que nadie sabía nada. Ni socialcristianos ni los asambleístas de Construye confirmaron la iniciativa. Aún peor los correístas que, se supone, serían los más interesados. “Eso es absolutamente falso”, dijo Viviana Veloz, asambleísta del ala más estridente del correísmo.

¿Por qué pudo circular una versión que era groseramente inverosímil? Todo apunta a que es una estrategia electoral más del gobierno de Daniel Noboa para destruir a Construye arruinando su imagen con esta versión, mientras en el Tribunal Contencioso Electoral se tramita la eliminación definitiva de ese movimiento del registro electoral. Todo esto dentro de un operativo electoral para que a Daniel Noboa nadie del centro izquierda o de la centro derecha le dispute la adhesión del anticorreísmo.

Los asambleístas de Construye también sospechan de que todo fue una intriga fabricada por el gobierno de Daniel Noboa para posicionar la idea de que ese movimiento está aliado con el correísmo. De acuerdo con esta versión, la idea es bastante simple: si a Construye se le despoja de su identidad anticorreísta, que la ha forjado desde hace años y que tuvo en la candidatura presidencial de Fernando Villavicencio su máxima expresión, el capital político de ser anticorreísta podría pasar a ser exclusivo de Daniel Noboa. ¿Para qué? 

En las próximas elecciones, ocupar el espacio del anticorreísmo sería de inmensa importancia para sacar ventaja y poder ganarle al correísmo en una segunda vuelta. Representar al anticorreísmo, como se ha visto en las últimas dos elecciones, puede ser un inmenso patrimonio electoral. La estrategia de hacer correr la inverosímil versión de que Construye estaba acordando con el correísmo para amnistiar a Glas en la Asamblea tenía entonces ese único propósito: arrebatar a ese movimiento su identidad anticorreísta.

La divulgación de este bulo o ‘fake news’ hace, entonces, parte de un operativo electoral con miras a las elecciones de 2025, donde Daniel Noboa pretende ser reelecto. Si a Construye ya se lo sacó, al menos en primera instancia, del registro electoral gracias a una insólita y sospechosa sentencia del Tribunal Contencioso Electoral entonces la segunda pata del operativo es arruinar la imagen de ese movimiento. 

Resulta pues bastante curioso que los únicos asambleístas que no descartaron de plano la existencia de un plan para otorgarle la amnistía a Glas fueron precisamente los de ADN, es decir el movimiento gobiernista. 

Ramiro Vela, asambleísta de ADN, cuando fue consultado por EXPRESO sobre esta tesis, contestó afirmando que la amnistía jamás contaría con los votos de su movimiento ya que fue Daniel Noboa el que impidió que Glas se fugara de la Embajada de México.

Lo dicho por Vera confirma que la incursión a la Embajada de México con el propósito de sacar de ahí a Jorge Glas se ha convertido en una suerte de certificado de anticorreísmo para su movimiento. De lo que dicen las encuestas y los analistas electorales, por ahora hay dos grandes alternativas electorales para 2025: la de Daniel Noboa y la de la candidatura que ponga el correísmo. Puestas las cosas de esa forma, la alternativa que más puede crecer para una primera y obviamente una segunda vuelta es la que encarne el sentimiento de los anticorreístas, exactamente igual a lo que ocurrió ya en las elecciones anteriores cuando Daniel Noboa a pesar de ser un desconocido absoluto representaba la opción contraria al del correísmo.

ADN, el movimiento de Noboa, sin embargo, no la tiene fácil para apropiarse por completo del sentimiento anticorreísta a estas alturas del partido. Si bien es cierto que Daniel Noboa se colocó en la vereda contraria del correísmo con lo de la Embajada de México, también es cierto que durante casi un año estuvo aliado al correísmo en un acuerdo legislativo al que se lo llamó de gobernabilidad. Y de eso, no se sale tan fácilmente.  

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