La ampliación de horario, aún sin dar ganancias a las tiendas
Pese a la autorización de abrir hasta las 00:00, no todos los dueños de negocios se acogen a la iniciativa z La inseguridad y la competencia golpean sus ventas
El Gobierno anunció dos semanas atrás el fin de la pandemia, pero los pequeños comercios dicen aún estar lejos de superar la crisis que viven desde el 2020, año en que empezó la crisis sanitaria. Algunas tiendas de barrio dicen estar facturando menos de la mitad de lo que lograban antes, producto de una baja en el número de clientes y la fuerte competencia que en algunos lugares está generando el arribo de minimarkets.
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Leer másHace unas semanas, el Gobierno aprobó el pedido de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) de que las tiendas puedan ampliar su horario de venta al público de 06:00 hasta las 00:00; no obstante, la medida que fue pensada como una ayuda para la reactivación aún no tiene su efecto. En un recorrido realizado por EXPRESO por varios sectores de Guayaquil, los dueños de estos establecimientos aseguran que el abrir hasta altas horas, más que una oportunidad para vender, representa un riesgo.
“La gente ya no sale aquí en Miraflores, aunque trabajemos hasta las 12 o la 1, son pocos los que se animan a salir por la inseguridad que hay... por suerte, hasta acá no han llegado las llamadas ‘vacunas’”, dice Rodrigo Fajardo, vendedor de la zona. Antes de la pandemia, añade, sus ventas llegaban a los $ 3.000 al mes, “ahora hasta menos de un tercio de lo que generaba... En los últimos 6 meses empeoró, por esta zona la gente pasada las 17:00 ya evita salir a las tiendas”, señala.
De acuerdo al director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Juan Carlos Díaz Granados, existen alrededor de 90.000 comercios pequeños en el país, “que al año mueven alrededor de $ 5,184 millones. Esto representa el 3 % de la facturación total local a nivel nacional”. El tema de la ampliación de horarios fue pensado por ellos, por el dinamismo que estos negocios también inyectan en la economía. “Las tiendas de barrio pueden abrir incluso por más tiempo que un supermercado. En ese sentido, estas tienen una ventaja que queda en manos de cada comerciante aprovechar”.
No obstante, admite que el tema de inseguridad, en la que se espera que la autoridad actúe. “Cuando abren más negocios hasta más tarde, las calles están más iluminadas, y eso debe incluso ayudar a la seguridad, que no es lo mismo mantener a oscuras una calle, que a mantener todos los negocios abiertos”.
Jorge Hurtado y Miguel Carrasco, ambos vendedores en Las Acacias, aseguran también seguir reportando pérdidas por la falta de la clientela. Si antes lograba vender $ 2.000 al mes, hoy esa cifra, dice, no llega a la mitad. Carrasco señala a la falta de control policial como una causa. “Me han llegado a robar frente a mi misma tienda, los clientes que antes venían todos los días, ya ni se acercan (en la noche) por este mismo miedo”, comenta Hurtado.
La inseguridad es el peso mayor, pero no es lo único que les preocupa. Los dueños de tiendas dicen que parte de la crisis que los oprime también responde a la fuerte competencia que implica la presencia de más minimarkets en barrios de la ciudad. “Es que están por todos lados, para ellos nosotros ni siquiera somos un riesgo, pero para nosotros sí, porque cada vez se nos llevan más y más clientes”, señala Jacqueline Zurita. La única salida ante esto es competir por precios con los más grandes; pero esto, dicen, no será fácil si la demanda sigue afectada.