Las ampliaciones de las paradas tienen poco uso
Los trabajos de ampliación en 14 paraderos de la Metrovía ofrecieron un respiro para los miles de usuarios que cada día toman las rutas Metroquil y Metrobastión y se encuentran con la aglomeración de personas y con ello: el calor, el sudor, y el pelig
Los trabajos de ampliación en 14 paraderos de la Metrovía ofrecieron un respiro para los miles de usuarios que cada día toman las rutas Metroquil y Metrobastión y se encuentran con la aglomeración de personas y con ello: el calor, el sudor, y el peligro de ser víctimas de carteristas.
Después de culminadas las labores (que se iniciaron en octubre del año pasado), la obra pasó desapercibida para muchos y el hacinamiento se mantiene. “Puede ser porque no hay dos buses que paren al mismo tiempo”, opinó la semana pasada Eduardo Rosales, un joven que esperaba el articulado en la estación Federación Deportiva del Guayas, en la vía a Daule.
Leopoldo Falquez, gerente de la fundación Metrovía, defiende el trabajo realizado. Dice que los problemas de aglomeración, al igual que el mal uso de los vehículos, de las puertas, se debe a la falta de cultura.
“Le doy un solo ejemplo: en la parada 28 de Mayo, la ampliamos tres metros, pusimos las puertas de manera que la que va de norte a sur está adelante, y la que va de sur a norte quede más cerca de la salida, no quedan enfrentadas, no debería amontonarse la gente. Hay espacio, hay señalética, se colocó una barra divisoria para el ingreso y salida y aún así la gente no respeta”.
Pero el ejemplo que ofrece Falquez no se repite en otras paradas. Jorge Melgar Cagua, usuario de Metroquil, observa que la estación La Pradera 2 tiene las puertas (de ida y retorno) enfrentadas, por lo que la gente espera en ese único punto.
“La puerta para la metro que va al centro debería estar colocada del lado del torniquete de salida, y ahí ya no quedaría frente a la puerta contraria, que se ubica al ingreso”, dice el hombre sobre esa parada en la avenida Domingo Comín.
Para Úber Quiñónez Erazo, estudiante de la Universidad Salesiana, la respuesta es simple: no se pueden utilizar porque no hay puertas. “Son simples vidrios que están ahí, de adorno; por eso, como no hay cómo entrar o salir la gente se sigue amontonando en un solo sitio”, criticó.
Para el joven, todas las ampliaciones carecen de puertas por lo que no sirven de mucho. “Fue una inversión que no se está aprovechando”, opinó.
Referente a esto, Falquez dice que es una situación superable. En las estaciones donde no hay puertas es porque están en proceso de adquisición, expresó sin ofrecer una fecha específica para la instalación de las mismas, ya que, aclaró, la obra es del Municipio de Guayaquil y es este quien lleva el proceso.
En todo caso, dijo el gerente, personal de fundación Metrovía acudirá a los sitios donde hay inconvenientes para hacer campañas sobre el mejor uso de este sistema de transporte.