Un año de bullying como trasfondo del presunto suicidio de una colegiala
Una madre de familia cuenta lo que habría sucedido en un colegio con una estudiante que apareció muerta en su casa. Sufría acoso de sus compañeros
Una nube de miedo e incertidumbre circunda a los padres de familia de un colegio del centro de Quito, luego de que se reportara el supuesto suicidio de una de sus alumnas.
El bullying, un estudiante más
Leer másMaría (nombre protegido) rompe el silencio. Cuenta a EXPRESO que ella como madre y voluntaria de algunas de las actividades de la institución ha presenciado varias anomalías.
Pidió que su rostro no se mostrara, pues ya tendría amenazas. Incluso ha optado por no enviar a su hija a clases por estos días. Ella conoció a la estudiante de 16 años que se habría suicidado y que fue hallada muerta en su casa la tarde del miércoles.
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Ella ha tomado la posta de la familia de la víctima para “alzar la voz y no dejar que el caso quede impune”, pues no sería el primero.
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Leer másHabla con los parientes de la chica y les explica la situación y las declaraciones que dará. “Lo que se sabe y lo que permitan ustedes”, le dice al padre por teléfono.
Johana cursaba el segundo año de bachillerato, su sueño era ser militar, pero hace un año ya habría empezado el bullying de sus compañeros de aula. “Ya le habían pegado, pero decidieron dejar las cosas así para que no llegara a mayores”, cuenta María.
Sin embargo, constantemente la víctima recibía palabras hirientes como “marimacha”, por el simple hecho de llevar el pelo corto.
- Un golpe definitivo
Pero hace dos semanas habría estallado el detonante de su sufrimiento. María relata que durante la jornada de clases fue atacada de nuevo por compañeros. “Parece que ahí le dan un mal golpe, porque ya no podía mover la pierna”.
Se sabe que un maestro ayudó a subirla a un taxi para llevarla a un centro médico, donde le realizaron una tomografía, luego requirió de una resonancia magnética que costaba 380 dólares.
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Leer más“La familia es de bajos recursos, no tenía para pagar eso”, agrega.
El padre de la agredida habría llegado a un acuerdo con los padres de uno de los atacantes. “Cuando fue a pedir que paguen ese examen lo trataron mal”, explica María.
La movilidad de Johana era cada vez menor y los diagnósticos no eran alentadores. “Quizá porque vio todo truncado y que no podría caminar normal tomó esa decisión”, espeta la madre de familia.
La menor de edad faltó a clases, según María, desde el día del ataque, por lo que no entiende por qué las autoridades del colegio no dieron seguimiento al caso.
“Indigna que los profesores o las autoridades no hayan hecho averiguaciones o por lo menos hayan preguntado la razón de sus faltas”
La familia llevó el cuerpo de la muchacha para su sepelio el jueves en Latacunga, de donde son oriundos. Algunos padres de familia realizaron aportes para colaborar con los gastos fúnebres. “Si no tenían para la resonancia, peor para el entierro”, explica.
Se conoce que ya tendrían un abogado para exigir justicia. DMA