Casi un año de guerra interna en Ecuador y aún no tiene espacios recuperados
Durán tiene más muertes violentas en 2024 pese a la intervención. El conflicto no logra la unión de todos los sectores
A menos de un mes para cumplir un año de la declaratoria de guerra interna en Ecuador, la paz parece estar muy lejana. Hasta el pasado 8 de diciembre, en el país se han registrado 6.395 muertes violentas.
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Leer másUn ejemplo de esta situación es Durán, localidad que en julio pasado fue intervenida militarmente en un acto en el que participó el presidente Daniel Noboa, quien protagonizó una exhibición de los recursos de las Fuerzas Armadas.
Noboa declaró que la iban a “tomar con sus propias manos”, que devolvería la ciudad a las familias y que la medida continuaría hasta que las mafias se retiraran. Además, afirmó que visitaría constantemente el lugar para verificar su avance.
Sin embargo, seis meses después, las cifras muestran que entre el 1 de enero y el 13 de diciembre de 2023 se registraron 417 muertes violentas en Durán, mientras que en 2024 los casos ascendieron a 457, es decir 40 homicidios intencionales más, pese a la intervención militar.
En Ecuador, parece que la violencia criminal se ha normalizado en los últimos tres años. Las imágenes de sicariatos, secuestros, atentados terroristas, brutales robos y masacres se han convertido en noticias diarias. ¿Será que el país forma parte del Bloque de Seguridad?
— Diario Expreso (@Expresoec) December 12, 2024
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Efrén Guerrero Salgado, doctor en Gobierno y Administración Pública, sostiene que Ecuador aún no cuenta con espacios arrebatados a las mafias criminales o recuperados, porque no existe un plan posintervención. Además, cuestiona las falencias y vacíos en las estrategias iniciales de seguridad, que se derivan de la opacidad en la elaboración y ejecución del plan global.
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Leer más“Pasa la policía, pasan los militares, el megaoperativo, y al día siguiente no queda nada: ni brigadas ni presencia del Estado. Entonces, la gente pierde confianza, no se recupera el territorio, y quienes lo reconquistan son las mafias y los grupos criminales, que imponen la opresión con inseguridad y violencia”, explica Guerrero Salgado.
El experto enfatiza en la necesidad de exigir al Estado una política pública posconflicto, pero lamenta que sea tan difícil contar con un indicador claro debido al hermetismo en torno al inicial Plan Fénix Ecuador.
“Ese plan parece existir solo en la mente de quienes toman decisiones en el país. Sin embargo, el pueblo, las autoridades, la academia y otros sectores no tienen idea de hacia dónde va Ecuador ni cuáles son las metas. Esto impide realizar un control sobre el uso de los recursos, las metas alcanzadas y otros parámetros de evaluación”, añade.
¡Comprometidos con la seguridad de todos los ecuatorianos! 🚔👮🏽♂️
— Presidencia Ecuador 🇪🇨 (@Presidencia_Ec) December 10, 2024
Con la presencia del presidente @DanielNoboaOk, el Ministerio de @DefensaEc informó las acciones que ejecutan las Fuerzas Armadas, @FFAAECUADOR, en la provincia de El Oro. Este despliegue implica la movilización de… pic.twitter.com/Vq9YNmBt5R
Por su parte, las autoridades del Bloque de Seguridad aseveran que en el país ha habido una reducción del 17 % en las muertes violentas, con 1.292 casos menos que el año anterior. Sin embargo, expertos señalan que esta cifra no coincide con la realidad de los inexistentes espacios recuperados.
Los funcionarios carcelarios, en la línea de fuego de las mafias
Leer másPatricio Acosta, militar retirado y exsecretario de la Administración Pública, sostiene que la falta de liderazgo hace que Ecuador siga siendo percibido internacionalmente como un destino peligroso, cuyas autoridades no saben cómo enfrentar los problemas de seguridad.
“El artículo 83, numeral 4, de la Constitución establece la responsabilidad de todos los ciudadanos de colaborar en el mantenimiento de la paz y la seguridad. ¿Pero de qué sirve que los ciudadanos nos preguntemos qué hacer si no hay quien nos organice? Desde los barrios, alcaldías, provincias, gobernaciones, ministerios y la Presidencia, todo se improvisa y no debe ser así porque estamos en guerra”, analiza.
Acosta destaca que aunque Colombia lleva 60 años y México 80 años lidiando con mafias y narcotráfico, estas naciones han sabido potenciar aspectos positivos como la industria, el talento artístico, la tecnología y el comercio. Acciones que además de ayudarlos económicamente, levantan el prestigio se su nación.
“Hemos entrado en un camino azaroso cuya salida no será fácil ni inmediata, y las autoridades no tienen experiencia en gestionar un país en guerra. Para superar esta situación, necesitamos una ciudadanía instruida, solidaria y comprometida con sus responsabilidades. Sin embargo, si las autoridades desconocen cómo manejar estas circunstancias, quedamos en las mismas”, concluye.
Perdiendo la guerra
- Un cambio en la metodología
Las acciones del Bloque de Seguridad deben tener más coherencia. Guerrero Salgado enfatiza que el Ministerio del Interior debe dejar de lado el comunicar “cuántos presos cogieron en la semana” y centrarse en identificar las metas y qué debe hacer cada sector, mostrar sus planes de acción y articular efectivamente a todos los involucrados.