Los años sepultan la búsqueda de los que nunca más volvieron
La Unidad de investigación destina 254 agentes a nivel nacional. Hay 900 casos sin resolver desde 2019. La búsqueda no arroja indicios ni resultados.
En Ecuador, la búsqueda de personas reportadas como desaparecidas no se detiene nunca, a decir de las autoridades. Pero en algunos de los casos, este trabajo imparable que dicen realizar no arroja resultados.
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Leer másEsto se refleja en las cifras de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased), que solo desde el año 2019 hasta marzo de 2022 registran la desaparición de 17.345 personas. De los cuales, 954 siguen en etapa de investigación.
Roy Gordillo forma parte de los procesos que aún están por resolverse. Él fue visto por última vez la tarde del miércoles 26 de julio de 2017, al salir de su vivienda, ubicada en el norte de Guayaquil. Desde esa fecha su padre, Germán, ha acudido en innumerables ocasiones hasta la Fiscalía para conocer los avances de la investigación que un mes después del hecho iniciaron las autoridades para encontrar a Roy.
Pero hasta ahora, de los cuatro investigadores que han tenido a cargo el caso, ninguno ha encontrado un indicio que marque el camino para saber que sucedió.
Para Germán, el sistema de búsqueda del país necesita un cambio integral. “Todo es escaso y lento. Para realizar una prueba de ADN tuve que esperar 6 meses; para que me asignen a un investigador fue un mes; y para algo tan esencial como receptar mi denuncia, 12 horas”.
A la espera de Germán, se une Mariela Montenegro, quien busca desde el 28 de junio del año 2008 a sus padres y hermano.
“Lo único que sé es que salieron juntos de una cena familiar en el sector Del Paraíso, en Cuenca. Desde esa noche, han pasado 14 años y sigo sin entender qué pasó... No hay fiscales ni investigadores preparados para estos casos, son ineficientes”, lamentó Montenegro.
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Leer másMiguel Egas Tobar, jefe de la Unidad Nacional de Investigación de Personas Desaparecidas de la Dinased, sostiene que este tipo de casos nunca prescriben, indistintamente del tiempo que haya transcurrido desde que se reportó la desaparición.
“No somos perfectos y no tenemos respuesta para todos los casos, pero desde el 2014 hasta la fecha hemos avanzado bastante. Por ejemplo, de los 43 mil casos que se nos han reportado, nos quedan por resolver 1.824. Estos continúan en investigación”, destacó Egas.
Ante la ausencia de respuestas, Germán y Mariela decidieron recurrir a la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec) para promover la búsqueda de los suyos y evitar que los casos queden impunes.
Lidia Rueda, directora de la asociación, enumera los casos que, a pesar de los años, siguen sin tener respuesta. Sostiene que ese es el resultado de un sistema que carece de funcionarios preparados y de herramientas adecuadas.
“No hay ni fiscales ni agentes especializados, porque no es posible que una investigación de años pase de fiscal en fiscal y que ninguno dé respuesta”, opinó Rueda.
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Leer másRoberto Niella, licenciado en Criminalística y perito judicial en Brasil, sostiene que el mayor aliado en una investigación es el tiempo. “Hay que entender que buscar a alguien es un trabajo que va a contra reloj, no es posible esperar meses para recoger evidencias que con el transcurrir de los días se pierden. Tampoco se puede permitir que los casos vayan de investigador en investigador porque esto le quita continuidad y eficacia a la búsqueda”.
En Ecuador, la ley de desaparecidos, aprobada por la Asamblea el 24 de octubre de 2019, contempla, entre otros ejes, el diseño y ejecución de políticas públicas dirigidas a la investigación y a la creación de protocolos de investigación que fijen acciones de acompañamiento, protección y atención a las víctimas indirectas. Ley que, a decir de los familiares, se ha quedado únicamente en papeles.