Anticorreísmo y correísmo, la división que solo vende durante las elecciones
En redes sociales la lucha es encarnizada entre ambos bandos La división aún genera simpatías en medio de comicios
¿La división del electorado entre correísmo y anticorreísmo aún determina algo? En redes sociales existe una pelea encarnizada. Y aunque las plataformas digitales no son la realidad absoluta, sí hay elementos con los que se evidencia que al menos el anticorreísmo aún es rentable.
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Leer másLas encuestas muestran a dos candidatos como líderes en la intención del voto: Daniel Noboa (ADN) y Luisa González (correísmo). Ambos tienen claro ese panorama y por eso han optado por ataques directos.
La división entre correísmo y anticorreísmo se presenta desde el mismo Noboa. El 4 de enero le dedicó una publicación en X a Rafael Correa sobre la licencia para la campaña. “Ya descansa papito”, escribió.
Y no fue el único mensaje. También reaccionó inmediatamente a la situación en Venezuela. El 9 de enero rechazó el secuestro de la líder opositora María Corina Machado y envió un mensaje a quienes apoyan a Nicolás Maduro en Ecuador: “Cualquier político que defienda, justifique o guarde silencio ante estos actos no solo traiciona los valores democráticos, sino que se convierte en cómplice de un sistema que ha causado hambre, desesperación y sufrimiento a millones de personas”.
La referencia es clara. En Ecuador, la Revolución Ciudadana es el movimiento más cercano a Maduro. Sus principales figuras han evitado pronunciarse sobre la situación en el vecino país y eso es lo que han explotado, por ejemplo, seguidores de Noboa en redes sociales.
¿Tiene vigencia la disputa?
El analista Pedro Donoso dice que el fenómeno correísmo-anticorreísmo aún existe. Explica que esa división se presenta en elecciones, pero no durante el ejercicio del poder. Es decir, tras las elecciones no es un fenómeno que defina algo. Un ejemplo fue el acuerdo inicial para aprobar leyes en la Asamblea.
Después, el primer mandatario pasó de ser ‘antinada’ a enfrentarse directamente con los adversarios políticos, particularmente con el correísmo.
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Leer másSantiago Basabe, profesor de la Universidad San Francisco de Quito, indica que ese cambio responde al momento político. “Cuando Noboa era ‘antinada’ e iniciaba el Gobierno, era un discurso creíble. Ahora tiene que enfrentarse, fundamentalmente, con la Revolución Ciudadana y plantear su estrategia política desde otra perspectiva”.
Existe otro elemento a tomar en cuenta sobre la vigencia de la división. El catedrático universitario Daniel Crespo señala que el mismo Noboa reactivó la pugna. Eso se puede constatar en cómo ADN desplazó a Construye. Estos últimos, bajo la figura de Fernando Villavicencio (+), eran los llamados a ser la opción anticorreísta y ADN les disputó ese espacio.
Otro elemento tiene que ver con el discurso del viejo Ecuador y la vieja política. Para Crespo, la referencia es al correísmo. “Desplaza a Construye y reactiva la idea del correísmo como el principal componente de esa cosa difusa a la que él llama el viejo Ecuador”, sostiene.
Esta disputa cada vez toma más vuelo. Donoso señala que el correísmo-anticorreísmo se convierte en una ‘licuadora’ perversa porque justifica cualquier tipo de cosas. “Los anticorreístas sostienen que vale todo con tal de que el correísmo no vuelva; mientras que los otros defienden que deben volver cueste lo que cueste”.
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