El aumento de ‘incivilidades’ crea un escenario favorable a la variante delta
Tras la confirmación de diez casos de esta derivación del virus en Ecuador, el COE y médicos exhortan a la ciudadanía a vacunarse y mantener cuidados.
Es una peligrosa y lamentable combinación: el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional reportaba un incremento de inconductas ciudadanas que contravienen las recomendaciones para evitar nuevos contagios de COVID-19; mientras que el Ministerio de Salud confirmaba la detección de los diez primeros casos en el país de la variante delta, considerada la más transmisible hasta ahora de todas las mutaciones del SARS-CoV-2.
Las dos entidades compartieron sus informaciones durante una rueda de prensa conjunta efectuada el lunes 12 de julio, en Quito, en la que dieron detalles de los casos revelados: 8 en El Oro y dos en Guayas. Y anunciaron que analizaban la adopción de medidas focalizadas para las dos provincias.
La variante delta fue identificada en la India en octubre pasado. Presenta una combinación de mutaciones que la hacen más transmisible y está camino a convertirse en la variante dominante a nivel mundial, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De hecho, es un 50 % más transmisible que el virus original de Wuhan, China y también más contagiosa que la variante alfa o británica. Hasta el lunes se había registrado su presencia en 104 países, cuando el mes pasado solo estaba en 14.
De allí que el presidente del COE nacional, Juan Zapata, lamentara en contrapartida un aumento de lo que denominan ‘incivilidades’. Señaló que los indicadores sobre fiestas, aglomeraciones, libadores y escándalos en la vía pública, que estaban a la baja, han vuelto a subir a los niveles de antes de la última medida de confinamiento de abril pasado.
“Pedimos que por favor entendamos que este es un tema de corresponsabilidad ciudadana. La crisis no ha terminado, lo peor que podemos hacer es bajar la guardia”, exhortó.
El médico y microbiólogo Patricio Rojas coincide y explica que, con las variantes anteriores, se estimaba que una persona infectada podía contagiar a entre una y dos personas; en cambio, con la delta se puede transmitir hasta a otras cinco personas.
“Los virus no atraviesan mascarillas ni resisten el lavado de manos, lo que ocurre es que los infectados liberan más partículas virales y eso puede infectar a una mayor cantidad de personas. Es lo que se ha visto con esta variante.
Las reuniones sociales sin uso de mascarilla, las aglomeraciones y los ambientes cerrados elevan el riesgo, acotó el director del Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Afortunadamente, todas las vacunas que se están aplicando en el país mantienen su eficacia para proteger contra esta variante. Los más expuestos son las personas no vacunadas y las que no han completado las dos dosis. “Lo que debe hacer el Gobierno es continuar con el proceso de vacunación y motivar a la gente a mantener las medidas de bioseguridad”, exhortó Rojas.
