Autoridades jóvenes, ¿con taras de la vieja política?
Representantes de las juventudes de Construye, ID y ADN comentaron sobre su participación en los movimientos
La imagen engancha, ‘pega full’ en redes sociales: Daniel Noboa es joven, exitoso, millonario, fitness, tiene una familia de portada de revista y busca poner en marcha ‘un nuevo Ecuador’. Su muñeco de cartón también fue un hit.
Sin embargo, la juventud no garantiza que un político sea diferente a los de la ‘vieja partidocracia’. Las reflexiones son de Tomás Quevedo, sociólogo y politólogo, para quien hay que tomar en cuenta las variables de género, clase social y etnia al hablar de jóvenes y política.
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Leer más“Los del viejo Ecuador dicen que todo está mal. Son candidatos. Tenemos la contra de políticos de partidos tradicionales”, dijo Noboa, en estos días, en su afán de aparecer diferente.
En febrero del 2025, otra vez, al inscribir sus listas para elecciones pluripersonales, las organizaciones políticas deberán contar con al menos el 25% de jóvenes. Actualmente, Noboa, el presidente más joven de la historia (al menos desde el retorno a la democracia), gobierna el país; en el gabinete, la Asamblea y los concejos municipales de Quito y Guayaquil hay autoridades de menos de 30 años.
Guillermo Martínez, de 24 años, está estructurando las Juventudes de Construye. Antes integró CREO y dice que su mentor fue César Monge; se separó por desacuerdos en el manejo del movimiento. Con los años espera llegar a ser presidente. Al ciudadano -dice- no le importan las ideologías sino que su hijo tenga oportunidades y que no le roben en la esquina.
Un gabinete joven acompaña a Noboa
Elvis Herrera es secretario ejecutivo nacional de la Izquierda Democrática, tiene 33 años y se unió al partido en 2015. Reconoce que en general hay rechazo a las organizaciones políticas, pero reitera que ser político no te hace corrupto y que hay que involucrarse para evitar que los malos tengan opciones.
Para Herrera es necesario que los jóvenes tengan un recorrido antes de ser candidatos, eso implica, afirma, involucrarse con el partido, empezar cargando banderas y gritando arengas. No cree que la edad sea una virtud para llegar a la papeleta. En el 2019 fue candidato a concejal y entendió que antes hay que volverse figura para ser una opción. De lo contrario, opina, ocurre lo que al gabinete joven del presidente Daniel Noboa, que evidencia “falencias y que no tienen una hoja de ruta clara. No hay un proceso de formación”.
En esa línea, para Tomás Quevedo no sirve que haya jóvenes en la política si no tienen formación, si no defienden intereses de ese grupo etario o sin una ideología. “Hay una dimensión de clase en el gabinete. Son jóvenes blancos, graduados en universidades privadas e incluso hijos de dirigentes políticos como Esteban Torres, de quien en un momento se dijo que heredó su curul en la Asamblea”.
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Leer másQuevedo remarca que ser joven no significa tener ideas nuevas, estar con el cambio y el progreso. “El hijo de Bolsonaro es un troglodita y milita en la ultra derecha brasileña desde los 18 años”, comenta. Recuerda que Allende decía que ser joven y no ser revolucionario era hasta una contradicción biológica.
Por eso, el profesor universitario pide ver la dimensión de clase de personajes como el presidente. Y cómo busca reafirmar valores machistas y patriarcales, con lo que gana popularidad en el segmento de hombres que se sienten identificados con la eliminación del Ministerio de la Mujer, por ejemplo.
Del lado de ADN está Camila León, quien cree que están haciendo historia. “Soy joven, nunca ‘in joven’”, responde esquiva, al preguntarle su edad. Ella formó el Frente de Juventudes y ahora es directora Provincial de ADN en Azuay. “Los más jóvenes no son apolíticos. No se les había presentado un político que vele por ellos”.
Para el politólogo Santiago Cahuasquí no se debe ver a los votantes jóvenes, (40% de la población) como un todo homogéneo. Este grupo etario es diverso, como los demás. Sus necesidades no distan mucho de las del resto. No acceden a la educación, sufren por la inseguridad y no pueden desarrollar actividades propias de su edad.
- Jaime Roldós asumió la Presidencia de la República cuando tenía 40 años, hasta su muerte, en 1981. Fueron casi dos años.
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