Juguetes. La gente estuvo a la búsqueda de los regalos para los chicos.

La bahia siente el ajetreo de la recta final de las fiestas

Miércoles 21. Son las 17:45. Las calles céntricas de Guayaquil se han convertido en el equivalente a conseguir un lugar de parqueo en la ciudad más poblada del país.

Miércoles 21. Son las 17:45. Las calles céntricas de Guayaquil se han convertido en el equivalente a conseguir un lugar de parqueo en la ciudad más poblada del país. Conductores de vehículos particulares y buses juegan a ganarle al semáforo y a quien atraviesa la vía para no bloquear la intersección, aunque pierdan en el intento. Las calles de Guayaquil son un ir y venir de smog andante. Una escena parecida, pero a pie, se vive en el espacio del comercio popular por excelencia: La bahía.

En ese sitio, que ocupa 20 cuadras del centro, la actividad por estos días se ha intensificado. Como en una procesión se observa a los compradores que llevan fundas, observan vitrinas y hacen un alto cuando escuchan de algún comerciante informal una oferta de interés.

“Lleve, lleve, a cinco el vestido”, “Dos por cinco dólares los boxers”, “Aproveche los muñecos musicales a cinco dólares”, se escucha entre la multitud. Las compras de ese miércoles se volcaron a la ropa y los zapatos, a los juguetes, a celulares, en general, a los regalos para la Nochebuena.

Mariana García, habitante de Bastión Popular, encontró vestidos desde 25 dólares y zapatos que se ofertaban hasta en $ 20 en un local del lado de la calle Olmedo y Chile.

En ese sector labora Wilfrido Hernández. Hace 40 años que se dedica a la venta de ropa para damas y sabe que en estas fechas el comercio se incrementa. “Aunque este año ha estado flojo, recién desde el jueves ha de empezar a venir más gente. De aquí hasta el sábado”, comenta.

Su negocio es parte de los 65 locales afiliados a la Asociación 25 de Noviembre, de los cuales, la mayoría se quedará laborando hasta las 19:30 estos días, no obstante el sábado. “El 24 y el 31 de diciembre es cuando hay más venta, ahí nos quedamos hasta las nueve, mínimo”, dice esperanzado este comerciante de vestidos de fiesta.

El hecho de que la gente busque estos días y casi al caer la noche para hacer sus compras navideñas mantiene dos teorías. Según el comerciante Víctor Macías, es porque “algunos vienen para buscar ofertas, rebajas en sus compras; aparte por el calor que hace en la tarde”, dice.

Mientras que Michael Jaya, considera que la gente ya tiene como costumbre dejar las compras para estas fechas. “Mientras más cerca está la fecha exacta más aumenta la venta. Algunos porque recién cobran el décimo en estos días”, dice.

Para Ana Méndez, moradora de La Florida Norte, y quien labora en un local de venta de almuerzos en el centro, a esa hora, casi a las 18:00, es cuando puede dedicarse a las compras, porque sale de su trabajo. Ella buscaba prendas para sus dos hijas y aprovecharían un local que ofrecía el segundo pantalón a mitad de precio. Igual haría Margot Santos después de elegir los juguetes para sus dos niños, de tres y cinco años, entre los locales que por estos días, ofertan artículos varios.