sicariato en Esmeraldas
Violencia. La Policía acudió al lugar para las investigaciones pertinentesLuis Cheme

Balacera deja un muerto en Esmeraldas

El ataque violento se dio en el barrio Mina de Piedra, Esmeraldas. También dejó una persona herida

El domingo 1 de septiembre amaneció con el eco de la tragedia en el barrio Mina de Piedra, en el sur de Esmeraldas. Los habitantes despertaron sobresaltados por el sonido de disparos que, apenas unas horas antes, habían apagado la vida de Jordan Hurtado Prado, un joven de tan solo 19 años conocido cariñosamente como “Chicho”. La violencia irrumpió en una noche que prometía ser tranquila, dejando a una comunidad entera sumida en el miedo y la desolación.

Esa noche fatídica, “Chicho” había llegado a una casa que no era la suya, buscando un rato de esparcimiento con amigos. Sentado en una silla de plástico en el patio, parecía disfrutar de una noche más de fin de semana, sin saber que el destino le tenía preparado un desenlace fatal. Apenas una hora después de su llegada, el ruido atronador de dos motocicletas irrumpió en la calma. De ellas descendieron varios hombres encapuchados, con una intención clara y despiadada.

Sanción por cámara

Cámaras de la ATM ya sancionan al sur de Guayaquil

Leer más

Le invitamos a que lea: Fallece la guía penitenciaria herida en el ataque ocurrido en Guayaquil

¿Cómo se dio la muerte violenta? 

Sin mediar palabra, los agresores abrieron fuego. Más de diez disparos resonaron en la noche, impactando en el cuerpo de Jordan, mientras amigos y familiares, paralizados por el miedo, veían cómo se desvanecía su vida en cuestión de segundos. En medio del caos, otro joven resultó herido con un disparo en el hombro izquierdo, recordando brutalmente que la violencia en el barrio no discrimina ni respeta a nadie.

Los encapuchados huyeron rápidamente del lugar, dejando atrás un escenario de muerte y dolor. La noticia del asesinato se esparció rápidamente, y la casa se llenó de gritos y llanto. Los familiares y amigos se arremolinaron alrededor del cuerpo inerte de Jordan, en un intento desesperado de negarse a aceptar lo inevitable, de resistirse a que el frío protocolo legal se llevara a “Chicho”. Fue necesaria la intervención de la Policía para que el personal de Medicina Legal pudiera realizar su trabajo y trasladar el cuerpo al centro forense.

Dolor entre los compañeros de la víctima

Los compañeros de la Unidad Educativa Margarita Cortés, donde Jordan estudiaba, no podían creer lo ocurrido. Para ellos, “Chicho” era un joven lleno de vida, un estudiante que siempre llevaba una sonrisa y que soñaba con graduarse este año y seguir con sus estudios universitarios. Hoy, su ausencia deja un vacío irreparable en el aula y en los corazones de quienes lo conocieron.

CREO

Blanca Sacancela: "Yo no voy a ser una vicepresidenta en la guerra"

Leer más

Mina de Piedra Sur despertó con un silencio ensordecedor. Las calles, habitualmente animadas por los niños jugando y los vecinos conversando, quedaron desiertas. Un aire de luto impregnaba el ambiente, mientras los residentes intentaban reconstruir los hechos, buscando respuestas que nadie tenía. “Ya no se puede vivir tranquilo”, murmuraba una vecina mirando el lugar donde Jordan cayó abatido. Otros preferían callar, como si hablar de la tragedia pudiera invocar nuevamente la violencia.

El asesinato de Jordan Hurtado Prado no es solo un número más en la creciente estadística de la violencia en Esmeraldas; es un golpe devastador para su familia, sus amigos y todos aquellos que lo conocieron. “Chicho” era un joven con sueños y esperanzas, arrebatado por un acto de brutalidad incomprensible. “El recuerdo de ‘Chicho’ vivirá en aquellos que lo amaron”, comenta Jairo Vite, primo de la víctima.

La mejor información en tus manos, SUSCRÍBETE A EXPRESO.