Bandas criminales entran a las zonas mineras para oprimir a las comunidades
Un informe internacional desvela cómo operan. Lo ocurrido en Ponce Enríquez expone la brutalidad con la que actúan
El salvajismo de los criminales que acabaron con la vida de ocho personas en una zona minera del cantón Ponce Enríquez, en la provincia de Azuay, quedó plasmado en los videos que ellos mismos grabaron mientras cometían el acto.
En las imágenes, que se han vuelto virales en redes sociales, se puede ver a un individuo con fusil y se escucha a otros mientras gritan e insultan a las víctimas, además de golpearlas y alentar a seguir cometiendo actos de violencia en su contra, pese a que es evidente que ya estaban muertas. Luego, grabaron mientras las quemaban.
Los ocho cuerpos fueron encontrados por la Policía el pasado 27 de junio. Cuatro de ellos no tenían cabeza.
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Esta situación, de grupos armados en zonas mineras, ha sido analizada en el último informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (Gitoc, por sus siglas en inglés), bajo la autoría de Carla Álvarez, quien además es profesora en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) de Ecuador.
En la investigación se detalla cómo estas agrupaciones operan y la importancia que toma el tráfico de armas para la ejecución de estos actos.
En términos generales, el modo de actuar de los denominados operadores mineros, en el campo de la delincuencia organizada, empieza con un acercamiento a las comunidades de la zona. En estos lugares se presentarían como una especie de ‘salvadores’ del abandono del Gobierno central.
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“Llegan con mucho dinero, porque lo primero que quieren es que las comunidades acepten su presencia. Una vez creado el vínculo de confianza, se generan contratos de arrendamiento y compras de tierras para la minería. Cuando los operadores mineros descubren que en el terreno arrendado hay oro, inmediatamente comienzan a ingresar gran cantidad de maquinaria”, según se argumenta en el informe.
Sin embargo, los problemas empezarían cuando alguien busca oponerse a su presencia, pues utilizan a personas de la misma comunidad para generar violencia y, si ya no es suficiente, “entran los grupos armados”.
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En el caso del cantón Ponce Enríquez, extraoficialmente se ha conocido que existe un dominio de la organización terrorista Los Lobos. Esta es una de las bandas delictivas mencionadas en el informe internacional, pero no es la única, pues también se cita a otra, Los Choneros, que coincidentemente es el rival directo de la anterior.
En los videos que han circulado tras la masacre de Ponce Enríquez se detalla que al menos dos fallecidos serían choneros. Sin embargo, las autoridades esclarecerán ese detalle a través de investigaciones.
Las zonas rurales de Camilo Ponce Enríquez se han convertido en lugares de conflicto, solo en junio de este año se han registrado 15 asesinatos.
El lugar donde ocurrió la masacre está ubicado aproximadamente a una hora y media de la cabecera cantonal.
El comandante subrogante de la Subzona Azuay, Carlos Rivadeneira, corroboró que las muertes ocurrieron entre la noche del 25 y la madrugada del 26 de junio. “Ponce Enríquez está en un área conflictiva donde convergen las provincias de Azuay, El Oro y Guayas, por eso ha sido escenario de enfrentamientos entre bandas criminales que buscan controlar las concesiones mineras y establecer economías ilícitas”, dijo.
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