Las bandas de pueblo ponen el ritmo a los diablos en el cantón Píllaro
Con el desfile de los niños se cierra este sábado 6 de enero la semana cultural. La Diablada es un Patrimonio Cultural e Inmetarial desde 2009
Los diablos saltan al son de la música. Pero no bailan lo que le toquen sino que mueven sus cuerpos al compás del santashpas, sanjuanitos, capishcas y albazos que son entonados por las bandas de pueblo.
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Leer másLas bandas de pueblo son parte fundamental de esta fiesta ancestral y patrimonial que se celebra cada 1 de enero y se extiende hasta este sábado 6 de nero de 2024 en el cantón Píllaro, provincia de Tungurahua.
Patricio Lara, integrante de una de las bandas de pueblo, aseguró que sin los músicos no hay ritmo. “Las bandas dan el toque tradicional y con esa melodía contagiante ponen a bailar a los participantes y al público”.
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Cada día desfilan al menos unas seis delegaciones de los danzantes, que lo integran desde 200 personas, entre los grupos más reducidos, otros son más. En cada uno de los grupos debe constar los diablos, que son los personajes principales, las parejas de línea, guarichas, capariches, monos y es infaltable la banda de pueblo.
Carlos Velasco, cabecilla de la partida o grupo Guanguibana La Paz, una de las tradicionales de la Diablada Pillareña, dice que a las bandas se las contrata desde los repasos. Como cabecilla es el encargado de escoger la banda de pueblo que acompaña a la partida. “Cada año buscamos una diferente, que nos toquen música de antaño para que cuando ingresemos al centro de Píllaro las personas adultas mayores se entusiasmen recordando los tiempos de su juventud o niñez”, asegura el cabecilla.
Este año la partida de Guanguibana La Paz participó el 4, 5 y estará con su grupo de niños hoy 6 de enero. Se escogió a la banda de pueblo ‘Profecía del sabor’, de la provincia de Cotopaxi. Para los gastos y el pago de la comida de los integrantes de la banda y de toda la delegación lo hacen más mediante autogestión.
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Leer másHace cinco años los niños empezaron a salir solos, no acompañando a sus padres. Por la nutrida participación de los menores de edad, en la municipalidad se acordó destinar el último día de la danza para que participen los menores de edad.
Los pequeños que participan ahorran todo un año para adquirir sus trajes, en especial las máscaras que son las más costosas. De acuerdo a la elaboración y el número de cachos aumenta el precio y una puede costar hasta 3.000 dólares.
El atuendo que llevan los niños es un pantaloncillo rojo que va hasta la rodilla con flequillos dorados a los filos, la blusa o capa roja con filos bordados y flecos dorados. Las medias rojas ayudan a integrar a lo largo el color infernal y las zapatillas mantienen ágiles los pies.
Solo de la escuela de danza de Píllaro están al menos 300 participantes. El gestor cultural Jhair Jácome presentó el proyecto piloto para formar la partida de diablos conformada exclusivamente por niños y niñas de entre 5 a 12 años de edad, en el 2018.
El gestor cultural Jhair Jácome presentó el proyecto piloto para formar la partida de diablos conformada exclusivamente por niños y niñas de entre 5 a 12 años de edad, en el 2018. El gobierno municipal dio luz verde para calificar la propuesta y desde entonces son parte del desfile de la ‘Diablada Pillareña’.
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Leer másPero esta propuesta, a más de integrar a los niños, busca que la tradición se mantenga a través de las generaciones y erradique el consumo del licor.
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