El bano de la Cruz, una de las tradiciones catolicas que se realizan en la Peninsula

Una de las tradiciones religiosas más importantes de la Semana Santa en la provincia de Santa Elena es el baño de la cruz, que cada Martes Santo se cumple en el balneario de Ballenita.

Son los pescadores de este lugar quienes efectúan la ceremonia. Para ellos el acto de fe constituye el agradecimiento a Dios por la pesca y la protección en el mar que, en sus faenas de cada día, les da.

“Cuando ingresamos la cruz al mar sentimos que lavamos nuestros pecados y que nuestro Creador nos envuelve con su Espíritu Santo y perdona las culpas que como humanos cometemos”, señala Marcelo Yagual, uno de los pescadores que participan en el ritual.

Los pescadores de Santa Elena no solo bañan el madero en el mar de Ballenita, sino que también participan en una procesión de aproximadamente cinco kilómetros que empieza desde la catedral de Santa Elena y termina al pie de la playa.

Cuando la cruz es ingresada al mar empiezan los ruegos a Dios: unos agradecen por milagros y otros piden ser sanados de alguna enfermedad.

En otro pueblo costero, en el cantón General Villamil, de la provincia del Guayas, en cambio la comunidad se alista para la Gran Procesión que se cumplirá este viernes a las 19:30. Durante estos días se realizan las confesiones en la mañana, tarde y noche.

Desde el 17 de febrero se han venido desarrollando procesiones cada miércoles y viernes, algo que no ha dejado de hacerse ni por motivos de lluvia, ni por lo intransitable de ciertas calles.

El párroco Mario Pazmiño dice que en los últimos años se ha ido perdiendo la tradición de la gente de asistir a los viacrucis que se realizan en el interior del templo en tiempo de cuaresma. Por esa razón, se ha optado por salir a la calle al encuentro de los fieles para hacer crecer su fe en Jesucristo. JLC - NM