La barcaza turca agita dudas que tendrán que ser absueltas

La historia del Ecuador desde mediados del siglo XX dice que los grandes contratos en materia de compra o arriendo de energía son, a menudo, producto de la corrupción de grupos que han cooptado el poder para beneficiarse económicamente. De ahí, la desconfianza en la sociedad cuando se anuncian grandes operaciones ya sea para proveer de energía eléctrica o para negociar ventas petroleras. 

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Pero esa misma historia dice que, en varias ocasiones, las denuncias han sido presentadas y promovidas por grupos que sienten que están siendo perjudicadas y que aspiran a ser los adjudicatarios. 

De ahí las múltiples veces en que las denuncias han quedado en nada, amén de las ocasiones en el que el sistema judicial tampoco ha querido hacer algo por estar coludido con los intereses en juego. Se trata, entonces, de un tema que siempre resulta espinoso.

Ahora han saltado dudas sobre la contratación de una barcaza de una empresa turca para la generación eléctrica de una cantidad de 110 megavatios durante los 18 meses que, se estima, va a durar el estiaje. Las suspicacias y dudas sobre esta iniciativa han salido de medios de comunicación y expertos en generación eléctrica que han cuestionado cosas como que curiosamente la barcaza salió al Ecuador desde Turquía mucho antes de que se haya firmado el contrato y que haya sido acondicionada para la generación eléctrica un mes antes. 

A esto se ha sumado la denuncia hecha hace poco por el ciudadano Marlon Pasquel Espín, que acusa al ministro de Obras Públicas, Roberto Luque, de posibles “intereses indebidos” en la adjudicación del contrato para el alquiler de la barcaza. 

El denunciante sostiene que Luque ya anunció que las barcazas estaban rumbo al Ecuador, pese a que no se había firmado el contrato, al que publicó EXPRESO por documentos al que el medio tuvo acceso. Incluso una investigación hecha por Primicias reveló que el barco generador inició ruta a Ecuador antes de que el Gobierno lance el concurso para su contratación y está por llegar, pese a que el contrato aún no ha sido firmado. 

De acuerdo con esa investigación, desde el 14 de julio la barcaza permanece en el estrecho de Panamá y habría zarpado de Turquía el 16 de junio, seis días antes de que se lanzara el concurso público para contratarla. Ese mismo medio señaló que la empresa dueña de la barcaza, la firma turca Karpowership, ha estado involucrada ya en algunos escándalos de corrupción en otros países. En la denuncia de Pasquel se pide a la Fiscalía que haga un estudio in situ sobre las capacidades de los equipos que vienen y sobre los términos del contrato.

En realidad, hay muchos motivos para dudar sobre la idoneidad y la limpieza en la contratación con Karpowership. Sin embargo, las explicaciones que dio el viernes 19 de julio, en Teleamazonas, en la mañana el ministro de Energía, Antonio Goncalvez, suenen coherentes y sustentadas. El ministro sostiene que Karpowership es una empresa que tiene una flota, en todo el planeta, con una capacidad de 10 mil megavatios para países en crisis como el Ecuador y que había enviado a esta barcaza a otro país de la región y que, finalmente, se desvió al Ecuador. Goncalvez explicó también cómo había sido el proceso de selección de la empresa, en respuesta al hecho de que se ha denunciado que escogió a la única participante. 

El funcionario sostuvo que hubo tres etapas, el primero con 9 empresas y el segundo con 14. De esos procesos quedaron dos, dijo: una empresa en EE. UU. que quería vender una barcaza y esta turca que la alquila. Por eso, sostuvo, no hubo una decisión dirigida para beneficiar a Karpowership. También explicó en la entrevista que se prefirió a Karpowership porque su sistema de generación hace que no sea necesario construir una infraestructura especial donde va a ser instalada y que lo único que hay que hacer es tender una línea de transmisión que se une al sistema interconectado de electricidad.

Eso, sostuvo, aún no está terminado, por lo que no hay mayor apuro en que llegue el generador flotante. Sobre el hecho de que ha sido acondicionado hace un mes nada más, Goncalvez sostuvo que eso es perfectamente normal porque en esa industria aquello acontece muy a menudo.

La explicación de Goncalvez pareció coherente y bastante bien sustentada. Sin embargo, la historia de la contratación pública en el Ecuador hace que la sociedad no se pueda fiar de nada ni de nadie. A pesar de las explicaciones del funcionario, será importante que los organismos de control certifiquen de alguna manera que, en efecto, el tema de la salida del buque y su acondicionamiento antes de que se firme el contrato no está relacionado con un posible negociado. Deberá ser la Contraloría o Fiscalía las que hagan esa investigación. Un mal paso en este tema sería letal para la confianza de la sociedad en sus mandantes.

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