El marcador del encuentro terminó con e2-1, a favor de los toreros.

Barcelona celebra en Manta

Barcelona ganó en su visita al Jocay de Manta y superó al Delfín en la tabla de posiciones. Los cetáceos marcaron dos goles en propia meta.

Barcelona visitó el Jocay de Manta con la idea de sumar tres puntos que lo estacionen con seguridad en el playoff de LigaPro, por lo que desde el arranque el equipo que dirige Leonardo Ramos, salió con sus armas afiladas en busca del primer gol. Este triunfo significó volver a ganar de visitante luego de cinco partidos.

Los toreros contaron con dos canales de fútbol que marcaron diferencias en los primeros 45 minutos. Fidel Martínez, preciso y desequilibrante en el frente de ataque, y Damián Díaz con su derecha afilada fueron lo más peligro de los toreros.

De hecho, los dos primeros goles del partido se dieron gracias a dos jugadas iniciadas por ellos. En el primero, a los 27 minutos, Martínez pivoteó una pelota para el 10 amarillo y este, después de trasladar algunos metros el esférico por el carril izquierdo, hizo una diagonal, lo vio entrar a Fidel, le lanzó el centro a la cabeza y, aunque llegó a conectarla, fue William Riveros quien terminó enviando la pelota al fondo de la red.

Barcelona, con ese gol, lograba cristalizar sus arremetidas. Había sumada hasta ese momento unas tres oportunidades para ponerse en ventaja, pero le había costado cerrarlas con efectividad.

No pasó mucho tiempo y desde un tiro libre, aparentemente inofensivo, otra vez Díaz lanzó un centro que desvió Robert ‘Tuka’ Ordóñez en el recorrido y volvió a colarse dentro de la red. Eran dos autogoles que recibía Delfín en cinco minutos y parecía que todo se resolvía a favor de Barcelona.

Pero Guillermo Guerrero, el árbitro del encuentro, iba a ser protagonista del resurgimiento cetáceo. El argentino Sergio López cayó dentro del área, tras unas maromas hechas por Darío Aimar y Osbaldo Lastra en su intención de quitarle el balón. Aunque en la repetición se vio claramente que no hubo contacto, el árbitro señaló penal.

Carlos Garcés se encargó de cambiar el dictamen por gol y puso en carrera al Delfín. Ese gol fue una inyección anímica y en minutos posteriores Tuka Ordóñez tuvo dos opciones para anotar, pero sus problemas de definición le pasaron una mala factura.

Para el complemento se esperaban más o iguales emociones, pero el partido cayó en un cúmulo de irregularidades e imprecisiones que mermaron el espectáculo.

La salida de Ordóñez afectó al equipo local y Barcelona estuvo cómodo para cerrar el marcador a su favor, en una cancha complicado ante un rival directo en la tabla de posiciones.