Alegría. Los jugadores de Barcelona festejan abrazados el único gol del partido, que sirvió para la victoria en Ambato. Seis años pasaron para que el cuadro torero se imponga de nuevo al plantel celeste en el estadio Bellavista.

Barcelona sigue en la pelea

Barcelona sigue soñando con ganar la etapa. El conjunto guayaquileño venció de visitante al Macará y se mantuvo a cuatro puntos del líder del torneo, Liga de Quito.

Barcelona sigue soñando con ganar la etapa. El conjunto guayaquileño venció de visitante al Macará y se mantuvo a cuatro puntos del líder del torneo, Liga de Quito.

Y lo hizo con un juego inteligente. Calculador. Durante los primeros minutos la propuesta canaria fue práctica. Priorizó el control del esférico en la mitad de la cancha y se lanzó al ataque de forma segura. Además, no tomó riesgos innecesarios sumando tantos elementos en cancha contraria y dejando descuidada su última línea.

Si bien la generación fue limitada, tampoco pasó sustos en su área. Fue clave que Pedro Pablo Velasco se dedique a cerrar su costado. Beder Caicedo sí tuvo la misión de sumarse al ataque, pero siempre protegido por los volantes.

Así, cortó el juego de Macará. Y cuando tuvo la oportunidad de atacar, lo hizo con pases largos. Inclusive, así nació el primer gol. Damián Díaz metió un pase al área y Ariel Nahuelpán controló el balón. El defensa ambateño, Moisés Corozo, trató de desviar, pero terminó mandándolo dentro de su arco.

Después, un remate de Michael Arroyo, que se estrelló en el vertical, fue lo más peligroso.

En el segundo tiempo Macará trató de convertirse en el protagonista. Pero Barcelona se paró un poco más adelante y cerró todos los intentos de salida. Así, el cuadro canario mantuvo el control, no pasó grandes sustos y gozó de un par de acciones.

En los minutos finales, Macará se la jugó completo y dejó espacios. El visitante trató de aprovecharlos, pero le faltó en el remate final.

Los últimos minutos fueron los de mayor preocupación para los amarillos, pero los solventaron.

Díaz, como antes

El volante argentino de Barcelona, Damián Díaz, volvió a convertirse en el cerebro. Él midió los espacios, las salidas y encontró las zonas ideales para convertirse en el jugador más influyente del ataque. Corrió como en las temporadas anteriores.

Faltó el público

Los graderíos del estadio Bellavista lucieron vacíos en algunos sectores. El precio de las entradas ($ 10 la general, $ 20 la tribuna y $ 30 el palco) influyó. La zona designada para los de Barcelona fue la única que se llenó.