
Un barrio de Milagro que sufre por vialidad
Lo que parece ser una gruesa capa de harina de plátano sobre el cemento, es en realidad el polvo que se asienta sobre las viviendas de la ciudadela Las Piñas, al sureste de Milagro.
Cada vez que un vehículo circula por el populoso sector, una espesa nube de este material se levanta con fuerza, cubriendo todo lo que encuentre a su paso, incluidas las personas.
El problema se genera a causa del mal estado en el que se encuentran las avenidas y calles transversales de esta extensa ciudadela. A excepción de la avenida Armando Jiménez, que luce asfaltada hace aproximadamente 3 años, las demás arterias viales de la ciudadela son una particular combinación de tierra, lastre y rocas.
Por ello, es común encontrar hoyos a lo largo de los empedrados caminos que terminan incomodando a choferes y afectando a sus vehículos.
Pero Las Piñas no solo alberga viviendas, en este sector existen tres escuelas, un colegio, un hospital, un centro gerontológico, viviendas fiscales, además de un sinnúmero de negocios.
El mal estado de la avenida Alfredo Adum, una de las principales de esta ciudadela, se evidencia a lo largo de al menos 30 cuadras. La misma vía conduce a varios recintos como El Edén, Las Pilas, entre otros, y también es utilizada para el paso de grandes camiones que trasladan caña de azúcar, buses de transporte público y demás vehículos pesados que contribuyen a la propagación del polvo y al deterioro constante de la superficie de la calle.
César Pallo lleva 15 años habitando en esta ciudadela y cuenta que todos los días debe barrer el portal de su vivienda, por el polvo que levantan los vehículos.
El hombre recordó que hace aproximadamente ocho años, la avenida Adum fue asfaltada, pero el pavimento “desapareció” con el primer invierno. Pallo añadió que prefiere la avenida con “huecos”, porque de esa forma los vehículos no “corren” y disminuye la polvareda.
Javier Figueroa es otro habitante de Las Piñas y opina que el mal estado de las calles perjudica a los negocios del sector, porque las perchas y sus productos se contaminan debido a la tierra con la que terminan cubiertas. “Esto es insoportable”, sentencia molesto.
Para aplacar el polvo, Figueroa, al igual que otros moradores, lanza agua a las calles, lo que representa una inversión de tiempo y dinero, explica.
Katty Neira añadió que con la situación se suma un problema: constantemente sus hijos “se enferman” a causa del intenso polvo que se aloja en las casas.
Sobre el tema, este Diario intentó obtener una versión oficial. Un representante del departamento de Comunicación del Cabildo milagreño informó que en Las Piñas el Municipio ha ejecutado trabajos de reconformación y lastrado de calles, por donde circulan buses de transporte urbano.
A través de este funcionario se insistió en obtener una versión más amplia y detallada del director de Obras Públicas del Cabildo para conocer si el sector está considerado a futuro en algún programa de mejoramiento y asfaltado de calles y avenidas, pero hasta el cierre de esta edición esta entrevista no se pudo concretar.