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Daniel Noboa
Daniel Noboa fue reelecto el 13 de abril de 2023. Será presidente hasta el 2029.Caricatura de EXPRESO + DALL-E 3

La beligerancia y agresividad del correísmo: claves en la derrota ante Daniel Noboa

Análisis | Revelan las estrategias que neutralizaron al correísmo: voto oculto, mensajes emocionales y alianzas indígenas

Para que Daniel Noboa haya ganado como ganó, no hubo silver bullet; es decir, según la expresión en inglés, no hubo una sola causa que explique el extraordinario fenómeno electoral del domingo. Lo dice desde Chile, a donde llegó horas después de que se cerraron las urnas, Daniel Pérez Pallares, uno de los asesores que la campaña de Noboa contrató para tratar de mejorar los resultados de la primera vuelta, que fueron más bien pobres: apenas 16 mil votos por encima de la correísta Luisa González, quien, en los papeles, lucía como la más opcionada para ganar la segunda vuelta.

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De acuerdo con Pérez Pallares, existen varios factores que permiten entender los resultados: como una campaña que, al ser desordenada y aparentemente caótica, proyectaba una imagen de autenticidad. Una de las primeras cosas que se hizo fue detectar que, sobre todo en la Sierra, había un voto oculto que era favorable a Noboa y que podía crecer exponencialmente. Ese voto oculto obedecía al rechazo que produce la agresividad y el enfoque vengativo que había en el discurso del correísmo y en especial de la candidata, que en la primera vuelta había podido despojarse de ese estilo ‘correizado’ y confrontativo, pero que luego volvió a proyectar.

Serenidad frente a la confrontación

Mientras el discurso del correísmo aparecía como agresivo, ganador y soberbio, la campaña de Noboa trataba de que su candidato se mostrara distinto: como una persona serena, que no confronta todo el tiempo y que, incluso físicamente, no tiene la apariencia del oligarca al que el correísmo atacaba. Esto fue importante, sostiene Pérez Pallares, porque hubo un correísmo soberbio, ganador, agresivo y violento que no gustó al electorado. Los correístas y su candidata, en la segunda vuelta, se convencieron de que iban a ganar porque menospreciaban a su rival y volvieron a adoptar ese estilo madurista-chavista de confrontar y despreciar al adversario.

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Desde el día del debate, Luisa González quedó como buscapleitos y colérica, mientras que Noboa supo mantenerse sereno en los momentos críticos. El debate también ayudó: en muchísimos hogares se percibió a Luisa González como agresiva, y eso no gustó nada. Por el contrario, la campaña de Noboa, en lugar de atacar, recurrió a las viejas estrategias electorales que usaba su padre, Álvaro Noboa, de hacer regalos en sus recorridos y entregar camisetas. “Populismo 1.0”, como dice Pérez Pallares.

Estrategia territorial y emocional

Ganar el voto indígena también fue una de las tareas de la campaña de Noboa. Había que tener un contacto más directo con los dirigentes de las comunidades para lograr revertir las preferencias electorales de los indígenas impulsadas por el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, y así aumentar el volumen de la votación en la Sierra.

En ese operativo tuvo que ver la intervención del expresidente Lenín Moreno, según contó uno de los estrategas de la campaña en la Sierra, quien pidió que se lo mantenga en el anonimato. Moreno se puso en contacto con la campaña de Noboa y le recomendó al exdirigente del movimiento indígena Jorge Herrera, cuyo activismo fue clave, sobre todo en la provincia de Cotopaxi, de donde Leonidas Iza es originario. ¿El resultado? Noboa ganó 25 puntos porcentuales en relación con la primera vuelta en esa provincia, lo que parecía imposible de lograr. En Imbabura, la estrategia fue que el Gobierno atendiera una serie de reclamos de las comunidades: por ejemplo, cosas tan sencillas como poner focos en ciertas carreteras.

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Este mismo estratega sostiene que otra tarea era aumentar sustancialmente la votación en Quito para neutralizar la de Manabí, donde vieron que era muy difícil ganar adeptos. Incrementar la votación en Quito significaba la posibilidad de que el voto correísta de Manabí no termine cambiando la tendencia. Ahí surgió la idea de llegar al corazón de los adultos mayores, porque se vio que con ellos podían incidir en el ausentismo, que luego de un análisis encontraron alto en Quito.

Para llegar a los ‘abuelitos’ se hizo un video emotivo donde un hombre mayor se motiva a salir a votar como reacción a la posibilidad de que regrese el correísmo. Ese video se envió a 500 mil adultos mayores en la Sierra, por medio de WhatsApp. “Tuvo un efecto brutal”, afirma. ¿Por qué solo en la Sierra? Al abuelo del video se le hizo muy serrano porque se detectó que en ese segmento podía haber una recepción positiva al mensaje. Por el contrario, no se lo envió a Manabí y otras zonas de la Costa porque las posibilidades de que el abuelito sea correísta eran muy altas. El resultado en Quito no pudo ser mejor: Daniel Noboa aumentó 14 puntos porcentuales con relación a la primera vuelta. Con eso, el volumen del voto en Manabí terminaba sumando cero, le dijo a EXPRESO el experto que pidió el anonimato.

También ayudó en Quito que los militantes del noboísmo asistieran a votar muy temprano con sus hijos pequeños, y así proyectar la imagen de un voto familiar. De acuerdo con Pérez Pallares, la presencia de dos mujeres con mucho temperamento junto a Noboa, como su esposa Lavinia y su madre Annabella Azín, también ayudó en la construcción de la imagen familiar que necesitaban para contraponerse a la de la colérica y beligerante Luisa González.

Una suma de factores (y errores del rival)

Hubo muchas otras cosas que se hicieron y que influyeron en la aplastante victoria del domingo. Por ejemplo, el control electoral, la prohibición de tomar fotos del voto en previsión de la extorsión en zonas controladas por las mafias, el trabajo en el exterior donde el correísmo tenía sus feudos electorales… No hubo, en efecto, una bala de plata, sino muchos factores. Y, claro, las torpezas del correísmo prepotente y agresivo ayudaron muchísimo.