La bendicion del papa Francisco al vino de Rioja
Está claro que no, coinciden en la pequeña bodega familiar Heras Cordón, en Fuenmayor (La Rioja), y menos si cada santo padre procede de culturas enológicas tan diferentes como la polaca, la alemana o la argentina.
¿Tres papas pueden equivocarse? Está claro que no, coinciden en la pequeña bodega familiar Heras Cordón, en Fuenmayor (La Rioja), y menos si cada santo padre procede de culturas enológicas tan diferentes como la polaca, la alemana o la argentina. Juan Pablo II fue el primero que abrió a esta bodega las puertas del Vaticano. Luego Benedicto XVI mantuvo el compromiso y Francisco ha renovado la alianza con los caldos que nacen en unas viejas cepas situadas entre Lapuebla de Labarca (Álava) y Fuenmayor, en España.
Cada año, unas 2.000 botellas bendecidas con la mezcla de uva tempranillo, graciano y mazuelo surcan los mil kilómetros que separan la pequeña bodega familiar del paladar del papa, de la curia vaticana y de sus invitados, vía Nunciatura de Madrid. La frase “Misericordias Domini in aeternum cantabo” (“Cantaré eternamente la misericordia del Señor”) figura en el etiquetado de la selección especial, crianza de 2014 que, una vez en boca, contribuye decisivamente a ponerle música a la vida, incluso en latín.
Van para 17 años y la relación no solo se está afianzando entre Heras Cordón y el Vaticano, sino que además le está abriendo nuevas puertas en mercados que aprecian de manera especial esa unión comercial. La internacionalización de la bodega se está asentando en torno a países de profundas raíces o colectivos católicos, como Filipinas, Polonia, República Dominicana, México, Brasil, Paraguay, Colombia, Chile, entre otros. Y, por supuesto, Argentina, nación de origen de Francisco, que degusta un Rioja, cuando por su procedencia podría preferir un Torrontes o un Malbec.
Hay otros mercados que se resisten. “Me reuní con el obispo de La Habana y también con un familiar de Fidel Castro, y les gustaba, pero no estaban para gastos superfluos”, relata el responsable de exportaciones, Víctor Zabalza. Sigue en el limbo la posibilidad de que el patriarca ruso ortodoxo Cirilo haga lo mismo que Francisco con el vino de Heras Cordón. Las buenas relaciones entre ambos han abierto esta nueva oportunidad comercial. La bodega ya ha entregado la etiqueta con su escudo.
En Moscú, sus caldos ya son habituales en vinotecas y establecimientos de restauración, pero también en Japón, Corea, China y Hong Kong. La mayoría de las 700.000 botellas que producen van a la exportación. Junto a las barricas que guardan sus secretos está la zona de botelleros, donde reposan las selecciones que cada año consumen personalidades como el expresidente José María Aznar o el exministro Miguel Arias Cañete, o clubes de fútbol como el Betis, Athletic, Alavés o Eibar.