El Bombillo mete mas presion

Un gran susto se llevó Emelec ayer en su encuentro ante Mushuc Runa, disputado en el estadio Capwell. Al término del primer tiempo, el Bombillo perdía 0-2, pero las variantes realizadas en la segunda fracción mejoraron su funcionamiento y le permitieron remontar el marcador (3-2), sumar tres puntos y mantener la presión sobre Barcelona, en la lucha que los equipos del Astillero mantienen por ganar la etapa.

La necesidad de ganar hizo que los azules menosprecien el poder ofensivo del equipo ambateño. Osbaldo Lastra fue el único volante con oficio para el corte que el técnico Alfredo Arias ubicó el once inicial y su labor no alcanzó para contrarrestar la superioridad numérica que la visita tuvo en la mitad de la cancha.

Al tener mucho espacio disponible, Hugo Vélez, Henry Patta y Luis Santana explotaron al máximo la velocidad de Carlos Quintero y Ezequiel Zaldúa, quienes mantuvieron en zozobra a la defensa local.

Por esta vía llegó el gol de Patta, aprovechando que el guardameta Esteban Dreer estaba un poco adelantado.

La sorpresa sería mayor luego de un contragolpe del ‘Pichón’ Quinteros, cuyo remate encontró la red, con cierto grado de complicidad de Dreer.

En el reinicio de las acciones, Arias corrigió. Reforzó la primera línea de volantes, le quitó la pelota al rival, hizo que su equipo deje de lado los pelotazos y con un fútbol de combinaciones rápidas y precisas cambió completamente el panorama.

Fue Fernando Gaibor, el revulsivo que Arias utilizó en la segunda fracción, el encargado de acortar diferencias, con un certero disparo desde el punto penalti.

Eran los mejores momentos de Emelec. Cristhian Guanca y Ángel Mena encontraron en Gaibor el socio ideal para explotar su talento. Fueron ellos los encargados de anotar los tantos que le dieron al tetracampeón una valiosa victoria, que lo mantiene en ruta hacia una meta que hace un mes se veía muy lejana, rematar primeros en el semestre y forzar dos finales ante Barcelona.

El miércoles, a las 16:00, Emelec recibirá al Ídolo en el Capwell, en un partido cuyo resultado podría darle al torneo nacional un nuevo líder.