El bonsái más longevo del país está en Valle Hermoso
En Pelileo, provincia de Tungurahua, hay un parque temático de los árboles milenarios
La Buganvilla, con más de 84 años, es el árbol bonsái más longevo que existe en el país, según Roberto Luna, ingeniero agrónomo y apasionado por esta técnica milenaria.
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Leer másLuna explicó que fue sembrado en 1939, pero él lo importó en 1995 desde Brasil. Durante 28 años el bonsái ha permanecido como el árbol insigne en el museo y parque de los bonsái denominado 'Luna Bonsai', en el sector de Valle Hermoso de Pelileo, Tungurahua.
Este museo se lo encuentra a cinco minutos de la ruta que une Pelileo con Baños de Agua Santa. El bonsái Buganvilla es de color lila y mide 115 centímetros y posee un estilo Hokidachi o frondosa. Para Roberto, tener uno de estos árboles es compartir toda una historia de vida a través de generaciones, porque pueden durar hasta 800 años.
En la antigua China, donde surgió el arte de la técnica de conservar los árboles en miniatura, eran considerados objetos sagrados y se utilizaban en rituales religiosos. Después se propagó por Japón donde innovaron con técnicas y estilos y solo podían adquirirlo quienes tenían una estable posición económica. Después el cultivo se popularizó por el mundo.
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En la Zona Centro, 'Luna Bonsái' es el único museo dedicado a conservar estas especies de plantas y árboles que permite observar a la naturaleza en miniatura. Existen más de cien ejemplares de diferentes especies que están alrededor de todo el parque, rodeadas por adornos nativos de la China y Japón.
"Cuidar de un bonsái es dejar un legado para las generaciones. Solo lo pueden hacer quienes tienen la conciencia y sensibilidad de cuidar la naturaleza. Este árbol puede pasar hasta 17 generaciones. De acuerdo a la historia, en China y Japón, no dejaban de herencia ni casas ni carros, sino un bonsái, como símbolo de vida y sabiduría", aseguró el experto.
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Leer másLuna ha dedicado tiempo y recursos para aprender cada técnica sobre el cuidado de esta planta enigmática. Empezó en 1995 y se ha especializado en diferentes partes del mundo.
Karina Balseca, quien también se ha apasionado por el cuidado de estas plantas, asegura que el bonsái representa la conexión entre el hombre y la naturaleza. Además, deja lecciones valiosas sobre la paciencia, la humildad y la perseverancia.
"Quien tiene un árbol ayuda a la naturaleza. Pero quien cuida a un bonsái siempre estará presente en la memoria de sus generaciones, porque transmite su fuerza vital", mencionó.
Este arte proveniente de la cultura oriental, se lo comparte en "Luna Bonsái", que se ha convertido en el santuario de esta práctica de conservar árboles y plantas en miniatura.
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