“No era bueno seguir invirtiendo en Finanzas, pero la Junta ordenaba”
EXPRESO habló con Verónica Artola, gerente general del Banco Central, sobre los motivos que evitaron que las modificaciones a la entidad se concreten.
Un ‘makeover’ a las finanzas
Leer másEs el tema que se quedó en ‘stand by’. Las reformas al Código Monetario y los cambios en el Banco Central del Ecuador no son parte de la agenda legislativa, al menos en el corto plazo. Eso, pese a que sus autoridades advirtieron de la necesidad de reformar al organismo exemisor para evitar distorsiones como las causadas durante el Gobierno anterior. EXPRESO conversó con Verónica Artola, gerente general del Banco Central, sobre los motivos que evitaron que las modificaciones a la entidad se concreten y las consecuencias que dejó el correísmo en las finanzas públicas.
- ¿Por qué le cuesta al Ejecutivo que la Asamblea reforme la estructura legal del Banco Central?
- Vivimos en una democracia y creo que quizá estábamos mal acostumbrados a que cualquier proyecto que llegue a la Asamblea se apruebe sin mayor debate. Había una disposición y no se podía decir mucho más. La Asamblea tiene ahora la potestad de decir sí o no. ¿Se necesita más diálogo? Por supuesto. En la ley de reactivación económica que mandamos (y que la Asamblea archivó) sí había temas de diversa naturaleza y se necesitaba más especificidad. Creo que es uno de los temas que como Gobierno tenemos que mejorar. Por eso, la decisión de mandarlo por separado. La reforma del Banco Central seguirá siendo un eje importante, pero con un poco más de plazo. Lamentablemente, y ahí echaría más la pelota a la Asamblea, creo que ellos estaban viendo un tema más político que técnico.
- ¿Los asambleístas no dieron argumentos técnicos para oponerse a la reforma del Central?
- Todos los argumentos que se dieron en contra de la ley del banco no tenían sustento técnico. Dijeron que era desdolarizar, que se regresaba a 1999, que es crear una burocracia dorada. Que me digan dónde se hablaba de aumento de sueldos para los funcionarios públicos. Incluso dijeron que queríamos hacer lo que quiera en contratación pública. Fue una discusión política más que técnica.
- ¿Por qué se necesita una reforma de la entidad? Usted fue parte del Gobierno anterior y puede medir qué tanto daño se le hizo al Banco Central.
- Un poco fuerte hablar de daño. Yo diría en qué circunstancias se debilitó al banco. Las inversiones que hizo la entidad en el Ministerio de Finanzas y en la banca pública pudieron ser una herramienta interesante, pero la debilidad fueron los montos. Invertir 6.000 millones de dólares en banca pública y en el ministerio debilitó el balance del banco. En este momento solamente el 40 % de los activos son líquidos y el 60 % son no líquidos. Si bien tengo una cobertura por encima del 100 % de las reservas que tienen aquí los bancos privados, eso no es totalmente líquido. Yo no puedo vender fácilmente las acciones que tengo de CFN. Es más, no puedo vender. Otro debilitamiento fue no dejar que el banco tome decisiones solo. En la Junta de Regulación, el Central tiene voz, pero no tiene voto. Nosotros teníamos los informes técnicos diciendo que no era bueno seguir invirtiendo en el ministerio y en la banca pública, pero la Junta ordenaba que se sigan comprando acciones. Yo he tenido críticas, pero cuando recibí la gerencia era subgerente de programación y no tenía mucha información sobre inversión. No es que me quiera lavar las manos, pero no teníamos un análisis detallado. Cuando asumo el banco veo el tema de los activos y, además, que el 60 % de la inversión doméstica de la entidad estaba destinada para el Ministerio de Finanzas. Nuestra hipótesis era que se usó para pagar gasto corriente. Eso no le hizo bien al banco y recomponer eso no se logra de la noche a la mañana. Necesito años.
- ¿En qué tiempo se podrá recuperar ese 60 % de activos no líquidos que están en acciones y certificados del sector público?
- Ese es un tema superimportante. Desde que soy gerente, en junio de 2017, le dije al presidente y a los ministros que no regresen a ver al Central. Desde ahí, aunque teníamos la potestad de comprar más títulos, no lo hicimos. En dos años hemos recuperado 620 millones. Para el resto ya hay un cronograma de pagos hasta 2035.
El 60 % de la inversión doméstica de la entidad estaba destinada a Finanzas. Creemos que eso se usó para pagar gasto corriente.
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- Con las acciones tengo un problema porque no se establece un mecanismo para que el ministerio me recompre las acciones de banca pública. Eso estaba en la reforma y esperamos que se pueda modificar cuando enviemos nuevamente el articulado.
- ¿Qué otras reformas son fundamentales para el Central?
- El tema de la independencia del directorio para que no haya un cuerpo colegiado por encima. También es importante que el banco vuelva a hacer operaciones de banca central. No hay que inventar el agua tibia. Podemos hacer operaciones de redescuento, emitir títulos y otras herramientas. Nada que ponga en riesgo los balances del Banco Central. También hay que retomar la investigación estadística que se perdió cuando se le entregaron esas atribuciones al Ministerio Coordinador de Política Económica. Ahora nadie lo está haciendo.
- ¿Se necesitan reformas de forma? Por ejemplo, ¿cuántos funcionarios dejó el correísmo en la entidad?
- Cuando asumí la gerencia estaban más o menos 1.100 funcionarios y ahora estamos 950. Hemos hecho una reducción en número y en valor de nómina. También hicimos un proceso interesante de jubilación y no reemplazamos a las personas que salieron. Nuestro presupuesto también se ajustó. Nos acoplamos a todas las disposiciones de austeridad. De 68 millones de dólares de presupuesto bajamos a 61 millones. Estamos apostando mucho al tema tecnológico porque estamos rezagados y lo hemos notado. Tratamos de optimizar aún más el talento humano. En este momento el 30 % del personal de la entidad es de carrera y el 70 % solo es por contrato (entre contratos y nombramientos provisionales). El Ministerio de Trabajo nos dio mucho apoyo otorgando esos nombramientos provisionales.
- ¿Cuándo se enviarán las reformas de nuevo?
- Estamos en esas conversaciones con el ministro de Economía y Finanzas. Estamos viendo cuándo es el mejor ‘timing’ político porque no sería bueno mandar todo y de nuevo tener problemas.
- ¿Hay un plazo? ¿Cuál sería el tiempo óptimo para que las reformas al Banco Central vuelvan a la Asamblea Nacional?
- Sinceramente, creo que eso ya se tenía que haber hecho. No es que mañana se cae el banco, pero las decisiones ahora están en manos de la cabeza de la entidad. Si mañana viene otra persona puede volver a caer en las prácticas que debilitaron a la entidad. Si hablamos de tiempo, este Gobierno debería dejar blindado que las decisiones que se tomen en el Banco Central sean de manera técnica para que no se lo use de mala forma.