votación en Ecuador
Más de 13 millones de electores vuelven a las urnas este domingo 15 de octubre.CNE

Se buscan buenos políticos

Empatía, trayectoria como activista y estudios, mencionaron los consultados

Una especie de aterrizaje forzoso en la política han tenido presentadores de TV como Polo Baquerizo, cantantes como Silvana Ibarra y Gerardo Morán e inclusive deportistas como Rolando Vera. En la papeleta de febrero del 2025, intentando llegar a Carondelet, habrá nombres desconocidos en este terreno y en el activismo.

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Además de los requisitos y prohibiciones previstos en la Constitución y en el Código de la Democracia, ¿qué se requiere para incursionar en la política?

En la sede del Partido Socialista Ecuatoriano, en la Gran Colombia y Yaguachi, en Quito, Pedro Granja sostiene que para entrar en la política hay que desarrollar empatía con los demás.

“Surge cuando atravesaste cataclismos en la vida, momentos difíciles y no quieres que otros pasen por lo mismo. Si eres sobreviviente de abuso sexual, te vas a preocupar por eso; si en tu casa faltaba comida, si tu padre no tenía empleo”, enumera Granja y sostiene que él, además, ha hecho militancia junto a los menos favorecidos.

En otro lado de la papeleta, también se verá el rostro de Carla Larrea, acompañando a Henry Cucalón, de Construye. Él ha estado en la gestión de lo público durante la mitad de sus 51 años. Mientras que Carla, ingeniera comercial, debuta como aspirante a un cargo de elección popular, pero al haber sido presentadora de televisión no resulta desconocida para muchos.

La política no es solo para quienes pretenden llegar a ministerios o a una instancia de gobierno o para partidos.

Alberto Acosta

Exasambleísta

Larrea comenta que decidió salir de su zona de confort e implicarse, tras recibir la invitación de Cucalón, a quien conoció como entrevistadora en un programa de Carlos Vera, hace más de dos años. Como ciudadana, afirma que abrió los ojos ante una realidad de falta de oportunidades para sus hijos.

“Somos excelentes opinando en redes y señalando que la política es sucia, y nos acostumbramos a quejarnos”, reflexiona. Así que habló con sus dos hijos de 27 y 17 años. No es la primera vez que le ofrecen ser candidata, lo ha hecho inclusive la Revolución Ciudadana (RC), pero jamás iría con ellos, dice. Cree que “no hay vuelta atrás una vez que se ingresa a la política”. Ahora está escuchando lo que la gente requiere. Pasa mucho fuera de casa. Volvió a Quito para acudir a la jura de la bandera de su hijo.

Carolina Viola, politóloga y profesora de la PUCE, apunta que mucho se debate en torno a si para incursionar en la política hay que tener, por ejemplo, estudios universitarios. Ella cree que sí, aunque aclara que en esa esfera no se requiere un experto en investigación científica o alguien que haya dado clases. Sí le parece necesario que un candidato tenga una trayectoria en procesos sociales.

Viola acepta que no se requiere un PhD, pero sí haber estado cerca al dolor humano.

En estos días, ella y su colega Emilia Banda presentaron un estudio sobre trayectorias de mujeres que acceden a cargos de representación popular en tres países: Ecuador, Colombia y Perú. En los partidos de derecha dice que el principal capital de notoriedad proviene de certámenes de belleza o del modelaje. 

La politóloga cuestiona esos criterios de reclutadores políticos, pero también cree necesario revisar cómo vota el ciudadano, si exige o no más de esos perfiles y también los estereotipos a través de los que se decide.

Hay que cuestionar la selección de reclutadores políticos, pero también revisar con qué criterio vota el ciudadano.

Carolina Viola

Politóloga

No se puede ser excluyente y decir que quien tiene dinero no podría ser político, subraya Viola. Pero anota que quien accede a un cargo de representación debe haber desarrollado empatía, al acercarse a otra realidad que no sea la de su burbuja, y no tener conflicto de intereses al hacer política pública.

Para Pedro Granja, difícilmente quienes son “insultantemente ricos pueden sentir el dolor del resto”. Le parece que solo buscan apoderarse del Estado para no pagar impuestos. Además, dice que hay que cuidarse de quienes van junto a grupos de delincuencia organizada, con quienes han firmado esa “paz mafiosa”.

Un gobernante, según Granja, tiene que estar familiarizado con una especie de catálogo de política pública; tener formación, por ejemplo, en lucha antimafia. Él diseñó un plan de política criminal y convivencia ciudadana, que cree que no está aplicando del todo Aquiles Álvarez. Así como rodearse de expertos, por ejemplo de médicos y de especialistas en política energética.

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A Granja le parece que a la Asamblea deberían llegar quienes conozcan de dosimetría y de hermenéutica parlamentaria.

Mientras que Alberto Acosta, profesor de la Flacso, exministro de Energía y Minas y expresidente de la Asamblea Constituyente, cita a Aristóteles: “Todo ser humano es un animal político”. Así que cree que incluso quienes afirman odiar la política, hacen política al intentar marginarse de ella.

Aunque, naturalmente, para Acosta esa es de las peores formas de hacer política porque permite que politiqueros irresponsables asuman decisiones fundamentales para la vida de los seres humanos. “Acceder a electricidad, a trabajo, a comida sana o a seguridad: todo depende de decisiones políticas; no técnicas, sino (decisiones) políticas”, argumenta.

Por eso Alberto Acosta considera que hay que comprometerse a intervenir en la vida política. “La política no es solo para quienes pretenden llegar a ministerios o a una instancia de gobierno, tiene que ser un ejercicio de cotidiana responsabilidad con la comunidad”.

Las organizaciones políticas, según Acosta, “han dejado de sintonizarse con la sociedad, son empresas electorales que han dado paso a politiqueros que piensan solo en sacar un beneficio personal”. Por eso ve urgente que se piense en otra forma de participación de fuerzas políticas más amplias, comprometidas con la comunidad. “Va más allá de remozar a los partidos y tiene que ver con los movimientos sociales”.

Algunos nombres en la papeleta

En la papeleta presidencial de febrero del 2025 habrá nombres que no resultan familiares, ya que no cuentan con trayectoria en organizaciones sociales ni en política. Una excepción es Pacha Terán, vicepresidenciable de Unidad Popular, que ha sido dirigente indígena. También Diego Borja, de Revolución Ciudadana, ex asambleísta constituyente y exministro.

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Además constan María Cristina Reyes, quien fue asambleísta y parlamentaria andina, o Dallyana Passailaigue, exasambleísta.

María Luisa Coello, binomio de Iván Saquicela por Democracia Sí, es economista de la Espol, con dos maestrías, y está por graduarse de abogada. Dirigió la Agencia de Regulación del Agua. Ella cuenta que incursiona en la política porque creció en una familia comprometida con el servicio público. Su padre, Pablo Coello Izquierdo, fue diputado. “Fue conocido como el caballero de la política”.

Coello se siente motivada, además, porque es la primera candidata a la Vicepresidencia que va a representar a Los Ríos. Ella señala que la Constitución garantiza el derecho a participar en política. No cree que exista un requisito único para participar, más allá de un compromiso genuino con el servicio público. “Hace falta diversidad de voces y principios”.

  • El domingo 9 de febrero del 2025 se elegirá al presidente y vicepresidente entre 16 opciones. También habrá que elegir a 151 asambleístas (actualmente son 137).

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