Ajustes. La barra de metal permite que los buses se apeguen más al paradero Parque Comercial California.

Los buses de la Metrovia se apegan mas a las paradas

La causa de esta nueva forma de aparcar en los andenes son unas barreras encarriladoras que en algunas paradas de las troncales 1 y 3 ha instalado la fundación Metrovía.

Son las 18:00 y en el paradero de la Metrovía llamado Cerro de Mapasingue muchos pasajeros esperan impacientes la llegada de los articulados que los llevarán a sus hogares, luego de la jornada laboral. Pero a diferencia de días atrás, las unidades que llegan a este andén ya no frenan abruptamente, sino que paran en forma cauta para estacionarse. Aun así, a veces las puertas que se activan por sensores no se abren. Por eso, los largos buses deben retroceder unos centímetros y nuevamente avanzar hasta que los portones de vidrio y metal se abran para que unos embarquen y otros bajen.

La causa de esta nueva forma de aparcar en los andenes son unas barreras encarriladoras que en algunas paradas de las troncales 1 y 3 ha instalado la fundación Metrovía.

“Estos encarriladores son para facilitar el acoderamiento del bus y que quede a la distancia prudente, que es necesaria para evitar que haya una separación entre el bus y el andén de la parada”, explica Leopoldo Falquez, gerente general de la Fundación Metrovía.

Estas barras de hierro empotradas dentro del carril exclusivo de la Metrovía estrechan más el andarivel en estos puntos, pero su objetivo es brindar mayor seguridad a los pasajeros, sobre todo a los más pequeños, que corrían el riesgo de caer en el espacio que quedaba entre el bus y las casetas.

La fundación proyecta montar este dispositivo vial en la mayor parte de las paradas del sistema de transporte y ha empezado por las que tienen mayor afluencia de público.

Algunos conductores del sistema se han mostrado conformes con estos ajustes y otros los ven con indiferencia, pues los consideran innecesarios.

Pero también hay quienes, a condición de quedar en el anonimato, dicen que esto retrasa los recorridos porque el “cuadrarse” bien en las paradas les toma unos segundos más.

“Me parece que son un poco antitécnicos”, opina Plinio López, socio de los operadores del servicio en la troncal 3 Metrobastión. “Permite a los carros pegarse más a las paradas, pero también hay el riesgo de que se dañen las carrocerías”.

La semana pasada un ómnibus alimentador se juntó tanto a la caseta ubicada a la altura del Parque Comercial California que terminó arrancando parte del estribo de esta.

Además, a los pocos días de haber sido instalados los tubos que hacen de encarriladores, hoy lucen marcados por las llantas de los buses.

Para Falquez “eso no quiere decir que la barra sea un obstáculo, más bien (significa) que falta el adecuado cuidado del conductor”.

Tras anunciar que revisarán estos daños, el funcionario recuerda que los encarriladores se utilizan en muchas ciudades del mundo.

“Hay diferentes formas de encarrilar -acota Falquez-, hay bordillos, hay barras, y acá se ha escogido lo que menos daña porque no toca la llanta, es su carrocería más bien la que se podría, en teoría, ver afectada ante una mala maniobra del conductor”.

Otras tareas a cumplirse este año

La Metrovía continuará realizando tareas y proyectos iniciados el año pasado. Uno de ellos es la instalación de puertas adicionales en las paradas que fueron ampliadas.

También está prevista la construcción de paradas adicionales en la troncal 2 a lo largo de la av. Abdón Calderón y la Raúl C. Huerta. Además se instalarán servicios para invidentes y se proseguirá con el proceso para adjudicar y construir la troncal 4, que saldrá desde el Batallón del Suburbio.