Las cadenas de oración por redes, ¿bendición o castigo?

Las cadenas de oracion por redes, bendicion o castigo

Si quiere recibir un milagro o evitar que algo malo pase, debe reenviar a varias personas el mensaje, indican estas cadenas. Llegan por WhatsApp o Facebook.

“¡¡¡Urgente!!! El que reciba este mensaje será bendecido. Reza tres padrenuestros y tres avemarías y manda este texto a 12 personas en los próximos 5 minutos. Si no lo haces, algo malo pasará”. ¿Cuándo fue la última vez que recibió una de estas “cadenas de oración” en su teléfono celular? Seguramente hace poco. ¿Qué hizo con ella?

Las reacciones ante estos mensajes son distintas. Hay quienes, sin dudarlo, los reenvían, otros que los ignoran y, los menos tolerantes, que hasta bloquean al remitente.

Estas cadenas no son nuevas, pero ahora llegan en un formato distinto. Por los años noventa, el método de difusión era a través del correo electrónico. Había que enviar ese mail a veinte personas, una tarea que no resultaba del todo fácil.

Ahora, esas cadenas que prometen un milagro si se comparten o que amenazan con una mala racha si se ignoran, llegan por el Messenger del Facebook, aunque en mayor número por WhatsApp. Se ve también por estos días en los muros de Facebook, donde se pide compartir.

Luis Ángel Velesaca, quien trabaja para la librería Jesús del Buen Pastor, junto a la iglesia San Francisco, recuerda que hasta hace unos años podían verse esas cadenas impresas en papeles, dejadas por decenas en los templos. Las colocaban cerca de los altares para que los fieles las tomaran.

Cuando una de esas cadenas cae en nuestras manos, no faltan quienes dudan si lo correcto es seguirlas o desecharlas. ¿Por qué la duda? Octavio Huerta, psicólogo clínico y doctor en Pensamiento Complejo, explica que con estas frases se juega con la sugestión, mucho más si nos llegan en un momento difícil, en el que creemos que al reenviar esa cadena, podríamos recibir el tan esperado milagro. O evitar algo peor. Es como jugar con nuestras emociones. “Tiene que ver con la mente, que generalmente es fantasiosa y muchas veces creemos en cosas que no están certificadas o validadas”, explica.

Desde el punto de vista religioso, se han dado también llamados a los fieles para no dejarse llevar por estas cadenas. El padre Sergio Román, en un artículo publicado en el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, dijo que seguirlas no está bien. “Lo que debemos hacer es recordar que Dios no puso condiciones a la hora de invitar a sus discípulos a orar, por lo que lo recomendable es borrar el texto, aunque quien nos lo haya enviado sea nuestro mejor amigo. ¿Y no pasa nada? ¡Absolutamente nada!”, dijo.

El monseñor Hugolino Cerasuolo, quien tiene más de seis décadas como sacerdote en Ecuador, dice que esto no es de católicos y que no hay que dejarse llevar por el miedo. “Eso lo que crea es desesperación y angustia. No viene de Dios”.

Los consultados indican que es diferente hacer una cadena de oración por la salud de algún amigo o familiar, pero sin incluir este tipo de “cláusulas” de que algo pasará si se reenvía o no.