Una de cal y otra de arena en el informe sobre el primer debate oficial

La primera experiencia y el primer análisis. El Comité Nacional de Debates emitió un informe luego del careo presidencial al que por ley está obligado a organizar el Consejo Nacional Electoral (CNE) y al que los candidatos deben participar, so pena de sanciones, que reflejó aspectos positivos y negativos de la organización de este primer encuentro.

El Comité, el primero conformado luego de las reformas al Código de la Democracia, redactó el documento en el que trató cuestiones de fondo, sobre el formato y el contenido. En el primer aspecto, el grupo integrado por Rosalía Arteaga, Grace Jaramillo, Simón Espinosa, César Ricaurte y Francisco Rocha empieza resaltando la participación de los 16 candidatos presidenciales, sin embargo concluye que el trabajo de futuros comités solo tendrá una cabal concreción cuando el CNE alcance “cohesión interna” para consensuar decisiones sobre el manejo de los mismos.

Por ello, los cinco integrantes exhortaron a los vocales electorales a cooperar y apoyarse mutuamente en el tramo que resta de cara a la votación y que sus actos individuales como colectivos “no sigan generando sospecha en el proceso electoral”. “Pese a estas observaciones, el debate resultó beneficioso para el país. La realización del debate como tal constituye un éxito, tanto para el CNE como para el objetivo de conseguir un voto informado de los ciudadanos”.

Sobre el formato del debate, el comité adelantó en su informe que sus recomendaciones fueron modificadas por el ente electoral. Del grupo vino la sugerencia de colocar las preguntas en un ánfora, pero que estas sean seleccionadas por los candidatos para “garantizar total transparencia y equidad en los temas y preguntas”, pero eso no sucedió. Estas fueron seleccionadas por los moderadores. Además, relata el documento, era atribución de los periodistas conductores del evento usar inmediatamente la repregunta para forzar a los candidatos a contestarlas adecuadamente, pero eso tampoco sucedió. En una nueva ronda, luego de responder a la pregunta seleccionada, los candidatos contestaron las repreguntas de los moderadores.

Sobre los contenidos, el comité concluyó que la mayoría de los candidatos evadieron las preguntas o fueron imprecisos en sus respuestas, porque “trataron de usar la pregunta para repetir lemas de campaña”. Por ello, los cinco integrantes se permiten insistir en la necesidad de realizar estos careos entre candidatos presidenciales por su aporte al fortalecimiento de la democracia. “Estamos conscientes de que los procedimientos y mecanismos del mismo deben perfeccionarse”.

Si las recomendaciones se tomaron en cuenta o no se verá en una eventual segunda vuelta, cuando los dos más opcionados para el sillón de Carondelet se encuentren cara a cara en otro debate. Una lección para el CNE y los candidatos.